lunes, 23 de marzo de 2015

8 Wired iStout

MARCA: 8 Wired
MODELO: 8 Wired iStout
ESTILO: Russian Imperial Stout (10% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Nueva Zelanda

CARACTERÍSTICAS: Cuando probé la IPA Hopwired de 8 Wired, de la ya hemos hablado en Hipos,  pude comprobar de primera mano lo bien que los lúpulos neozelandeses funcionan con este estilo. Lo que no tenía tan claro es que estos lúpulos tan frutales fuesen capaces de adaptarse a cervezas con mucha presencia de tostados y torrefacto, en las que su irrupción puede resultar excesivamente estridente, y por eso tenía algunas dudas respecto a la otra cerveza de esta marca que guardaba en la recámara, su Imperial Stout.

El día que había escogido para abrirla resultó especialmente oportuno puesto que fue uno de los más fríos de todo el invierno. Calentito en casa y con una película en la televisión, vi al servirla un líquido negro brillante con algún reflejo rubí en periferia, cubierto por apenas un dedo de espuma gris ceniza. En nariz es francamente curiosa para el estilo, en la entrada llama la atención aromas propios del lúpulo como mango, naranja dulce, melocotón, aunque están bien delimitados por dulce malta tostada, caramelo y suave cacao. Escapa algún resquicio de café con leche, torrefacto y leves especias en las que se intuye el alcohol.

En boca se va abriendo de forma progresiva, inicialmente entra con caramelo, dulce malta oscura y bombón, con una coraza de fruta oscura muy madura. Poco a poco va ganando en cuerpo, y también en oscuridad: se suman intensísimas notas de cacao, algo más suave torrefacto, café espresso y regaliz negro, siendo estos dos últimos los sabores más prominentes al final del trago. Concluye entonces con un amargor moderado, matizado por frutas del bosque, regaliz, clavo y un medido soplo de alcohol, mientras en un segundo plano queda el frescor del lúpulo, dando un delicado adorno tropical. Pese a mis dudas, sólo puedo concluir que a pesar de ser una cerveza atípica el resultado es fantástico. Es densa, cremosa y compleja, y el lúpulo neozelandés no la desequilibra en absoluto, más bien le da una originalidad que la distingue de la mayor parte de las elaboraciones de este estilo que he probado. Muy recomendable.

NOTA:

domingo, 22 de marzo de 2015

Schneider Weisse Tap 7 Unser Original

MARCA: Schneider Weisse
MODELO: Schneider Weisse Tap 7 Unser Original
ESTILO: Hefe-Weißbier (5'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Aprovechando que no era difícil conseguir (las más comunes) en grandes supermercados, hace años tuve una relación muy de groopie con estas cervezas, resultando tremendamente efectivas en cualquiera de sus modalidades, con alguna que otra maravilla entre sus filas. Esta vez el reencuentro es propiciado por los compañeros de la tienda online Cervecita en Casa.

Como quien espera el postre a ciegas en un opulento restaurante de renombre, cuya cuenta va aumentando en dígitos según se acerca a la mesa, la sensación de sentarme frente a una Schneider tras tanto tiempo me tenía algo nervioso. Me ha pasado con muchas cervezas, de resultados catastróficos y sorpresas deliciosas, por lo que lo mejor es hacer borrón y cuenta nueva.

En el blog hemos hablado de la TAP 5, TAP 6 y la Weizen Hell, sin mencionar la TAP 7, si bien tengo el recuerdo de haberla tomado en varias ocasiones.

Tiene un color (la foto engaña, está tomada a contraluz) marrón, con tonos de naranja intenso, turbio y casi opaco, coronado por una capa de espuma beige muy clara que se mantiene. Se percibe una carbonización medio-alta, en forma de burbujas pequeñas que escapan a la superficie. Un aspecto algo más oscuro que el de otras weizen del estilo que, no obstante, invita a lanzarse al vaso y no dejar ni una gota de caldo.

Su aroma, de igual manera, es intenso y agradable. Se entrelazan las notas de plátano maduro muy intenso, malta torrefacta y algo de cítrico, prometiendo un trago apoteósico. Pero no es del todo así.

En boca se presenta correctamente, con notas maltosas y frutales muy presentes, pero es demasiado suave, demasiado tímido. Daba toda la sensación de que pegaría fuerte, una versión reducida de la ya mencionada Aventinus, pero no. No obstante, quitando un pequeño deje metálico que estuvo presente hacia la mitad final, tiene muy buen sabor y se deja beber bien.

¡Muchas gracias a Cervecita en Casa por enviárnosla!

NOTA:


domingo, 15 de marzo de 2015

Schlappeseppel Dunkel

MARCA: Schlappeseppel
MODELO: Schlappeseppel Dunkel
ESTILO: Dunkel Lager (5'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: El otro día me encontraba sentado a la mesa de un delicioso y nada caro restaurante italiano, a las faldas de un reputadísimo centro deportivo de la capital española, disfrutando de una cena repentina y fugaz con tres exquisitos comensales, entre ellos, mi compañero de blog Embracing, a quien con la cara gacha y los ojos vidriosos imploro aquí, delante del gentío cervecero, el perdón. Hola, compañeros. Soy Alberto, (Sir Asf) y llevo mucho tiempo sin escribir y bastante (por no decir completamente) desconectado de este mundillo, por lo que me he visto en la obligación moral de volver a dejarme caer por estas tierras, con una espumosa bajo el brazo y con más ganas que tiempo de empaparme de cuanta cultura cervecera sea posible.

Aprovecho el regalo que nos hicieron los compañeros de la tienda online Cervecita en Casa, que tuvieron el detalle de enviarnos un rebaño de cervezas por las que Embracing y yo, como viene siendo menester, luchamos a muerte sobre el cráter activo de un volcán. Es injusto anunciar un ganador, ya que ambos caímos dentro antes de empezar. Así que comenzaré con esta dunkel, de cuya aceptable Pils ya hablamos hace tiempo.

Esta cerveza viste un color pardo oscuro, con brillos rubí al trasluz. En el caldo a penas presenta burbujas, estando este coronado por una capa moderada de espuma beige, cremosa y de aspecto sedoso. Su tamaño no tarda en verse reducido al poco rato.

En aroma no deja entrever un festival de matices, siendo bastante plano, con presencia de la malta torrefacta, copando a matices más débiles, como el caramelo. En boca experimenta una mejoría notable. Si bien no es una cerveza densa y pesada, presenta unos matices equilibrados, con el tostado a modo de estandarte, dando paso a un amargor algo herbal, el caramelo y finalmente el café, que volverá a modo de eco en el retrogusto. Es ligera y algo espumosa, creando un conjunto uniforme y correcto.

No termina siendo una cerveza excepcional, si bien está por encima de la Pils, y se deja beber con gusto. ¡Muchas gracias a Cervecita en Casa!

NOTA:


Cata "Ibeerian" en La Vinoteca: Tributo a Bélgica

Ya estaba al tanto de la fecha en la que se iba a celebrar la tercera cata del ciclo "Best Ibeerian Bier" de La Vinoteca, en esta ocasión centrada en las cervezas de estilos belgas elaboradas en la Península, sabía que iba a poder asistir, y hasta tenía alguna pista de qué cervezas podían ser las protagonistas de la sesión; con lo que no contaba era con que el encargado de dirigirla iba a ser... ¡yo! Así que cuando me enteré de esta novedad, tuve la lista definitiva de las botellas elegidas y comprobé que únicamente había probado una de las siete, me puse manos a la obra y empecé a indagar sobre ellas.

El evento al final lo dirigimos entre Rubén Fernández y yo, como habíamos hecho en ciclos de catas anteriores, y durante alrededor de 2 horas y media fuimos desgranando las siguientes referencias:

- Milana Trigo (Witbier)
- Nómada Brewing Tundra (Saison)
- BIIR Oude Gueuze (Gueuze)
- Sagra Suxinsu Rubia Triple Ale (Tripel)
- Alvinne / Naparbier Gentlelady (Tripel)
- BIIR Hoppy Monk (¿Dubbel lupulada?)
- Toccalmatto / Naparbier St. Germanus Ghost Quadrupel (Quadrupel)

A diferencia de sesiones previas, esta vez decidí enfrentarme a las cervezas por primera vez durante el evento y así poder dar mis impresiones sin ningún tipo de prejuicio, y la verdad es fue una estrategia que resultó especialmente provechosa. Además de conservar la sorpresa y emoción de catar cervezas sin tener muy claro qué debía esperar, con los riesgos y dificultades que esto entraña, creo que le da una espontaneidad al evento que no es fácil de conseguir de otra manera.

En cuanto a las cervezas probadas, una de las grandes sorpresas de la noche, al menos en mi opinión, fue la acertada Milana Trigo, una Witbier perfectamente encajada en el estilo que me encantaría tener a mano con más frecuencia. Tenía también grandes esperanzas con Oude Gueuze de BIIR y no defraudó, me pareció una elaboración a la altura de las Lambic de más alto nivel, aunque tengo mis reservas para considerarla una cerveza artesanal nacional. Por último, estaba seguro de que las dos colaboraciones de Naparbier serdignas de mención y así fue, con St. Germanus incluso algo por encima de la estupenda Gentlelady. La otra cara de la moneda la representó Tundra, la Saison de Nómada Brewing, que yo creo que no estaba en buenas condiciones; no sólo no encajaba en el estilo sino que además tenía un aroma bastante desagradable.


La jornada transcurrió con fluidez, con un ambiente bastante animado y algo más de participación por parte del público de lo que es habitual. Tras las 7 cervezas con los habituales pintxos intercalados para descansar los sentidos, finalmente se llevó a cabo una votación para determinar la preferida por los asistentes, siendo elegida Naparbier / Alvinne Gentlelady como la mejor de la tarde, aunque seguida muy de cerca por Milana Wit y Sagra Suxinsu.

Hasta aquí todo lo que dio de sí un día tan ameno como el que pudimos disfrutar. ¡Mil gracias al Bier Club por la invitación!

miércoles, 4 de marzo de 2015

Eichbaum Ureich

MARCA: Eichbaum
MODELO: Eichbaum Ureich
ESTILO: Pilsener (4'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Siempre he presumido de recordar todas las marcas que hemos comentado en el blog, y eso que superan ya las 700, no obstante voy a tener que replanteármelo porque parece que las entradas que redactó Alberto sobre un par de cervezas de la tradicional cervecera alemana Eichbaum ("roble" para los amigos germanohablantes) habían volado totalmente de mi memoria. Así, antes de beberme la semana pasada otra de las cervezas que amablemente nos enviaron desde Cervecita en Casa me dediqué a buscar algo de información, y fue entonces cuando me dí cuenta de sus botellas ya habían circulado por nuestros dominios.

Pese a los aires de cambio que planean últimamente por esta fábrica, muy conscientes del empuje de la cerveza artesanal, la que probé yo se trata de una Pils de estilo alemán, sin ningún interés en complicarse la vida. De color dorado brillante, casi transparente, genera una buena cantidad de una compacta espuma blanca. El gas asciende de forma constante hasta la superficie, de donde emerge un perfume fresco en el que se entrelazan malta dulce, cereal crudo, manzana madura, leves cítricos y un resquicio de miel. El lúpulo, aromático y delicado, desprende notas a mitad de camino entre flores y hierba, muy acordes con el resto de matices. 

Cuerpo medio-ligero, entra con cítricos, malta clara, cereal y suaves frutos secos, dando un protagonismo a la fruta muy inferior a lo objetivando en el aroma. Bastante astrigente y lupulada en boca, tras un trago limpio termina en un final de amargor marcado, con una acidez relevante alrededor de la cual se colocan suaves especias picantes y notas herbales. Agradable y refrescante, quizá queda algo vacía al final pero no obstante está rica. No es ada destacable dentro del fascinante mundo de la cerveza alemana, pero no me molestaría en absoluto tener que beber alguna de estas de cuando en cuando cuando salga a tomar algo por ahí en vez de las cervezas que habitualmente se encuentra uno. ¡Gracias, Cervecita en Casa!

NOTA:

sábado, 28 de febrero de 2015

Naparbier Pumpkin Tzar

MARCA: Naparbier
MODELO: Naparbier Pumpkin Tzar
ESTILO: Imperial Stout con chile habanero y calabaza (10'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Pocas cervezas de Naparbier han levantado tanta expectación como Pumpkin Tzar, una curiosa Imperial Stout con chile habanero y calabaza ideada en colaboración con Manuel Baltasar de la cervecería Freiburg, Sven Bosch de The Drunk Monk y Robert Merryman de Shelton Bros, y que salió al mercado a finales del 2012. Me apenó el no haber podido hacerme con ninguna botella en esa ocasión porque la mayor parte de las críticas que recibió fueron positivas, pero estaba convencido de que no sería mi única oportunidad. Finalmente así fue, alrededor de año y medio después me topé con una de ellas y ha estado en mi despensa desde entonces.

Elegí para abrirla un día de frío intenso y mucho viento, de esos que apetece quedarse en casa y dedicarse a actividades calmadas. Su opaco líquido de color negro mate se desliza lentamente por el cristal de la copa, dejando al final medio dedo de espuma marrón grisácea en su superficie. Al acercar la nariz es como una explosión que deja noqueado al olfato, irrumpe un perfume intenso y profundo en el que destacan dulce malta oscura, sirope de chocolate, caramelo y penetrantes frutas oscuras entre las que destacan moras y ciruela negra. Juegan un papel relevante, aunque sin llegar en ningún momento a la altura de los matices mencionados anteriormente, recuerdos de café americano, torrefacto y leve regaliz. En cuanto a la calabaza prometida, yo no fui capaz de detectarla; si estuviese presente su posición sería escondida entre las frutas, pero hace falta imaginación para ello.

Entra potente en boca con malta oscura, café y suave regaliz: aquí es más evidente el torrefacto, no obstante lo respaldan dulces como caramelo, frutas del bosque y chocolate con leche. De cuerpo completo y textura oleosa, avanza con calma, manteniendo las proporciones sin demasiados cambios aunque poco a poco se infiltra algo de dulce. El final comienza con un amargor seco ligeramente herbal que al instante es cubierto por el intenso picante del chile, agarrado al paladar y la garganta, dejando de fondo leves resquicios de tostados. El alcohol pasa desapercibido por la boca, escondido detrás del chile, y sólo se nota en el estómago mientras concluye el trago un largo regusto especiado. Mi sensación no ha sido lo satisfactoria que esperaba; su aroma prometía más de lo que ofrece el sabor, me parece algo lineal y poco complejo hasta la llegada del chile, luego la boca se me queda anestesiada y no percibo muchas más cosas. Sé que ha tenido mucho éxito y la valoración general es muy buena pero a mí no me ha convencido, sin notar ningún defecto grave me resulta monótona y el picante, descontrolado. Por mucho que idolatre a Naparbier tampoco tiene por qué gustarme todo lo que hacen, ¿no?

NOTA:

domingo, 15 de febrero de 2015

Hannen Alt

MARCA: Hannen
MODELO: Hannen Alt
ESTILO: Altbier (4'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Pese a que es uno de mis estilos predilectos, llevaba mucho tiempo, demasiado, sin saborear una Altbier, y es que hacía ya más de un año que no se me había presentado la oportunidad. Así, cuando se puso en contacto con nosotros Michael de Cervecita en Casa con la intención de regalarnos algunas de las botellas que vende en su tienda y vi que entre ellas estaba esta Alt, la oferta se me hizo más apetecible todavía, si es que eso es posible.

Aunque nunca ha sido elaborada en Düsseldorf, con más de 275 años de historia Hannen es una de las marcas de Altbier clásicas; no obstante, también hay que remarcar que desde 1988 es propiedad del gigante Carlsberg A/S, quienes afirman que mantienen la receta original. Su color es marrón roble algo anaranjado, translúcido, y forma al servirla una cantidad tremenda de espuma beige, que en escasos segundos se reduce hasta medio dedo. El perfume es dulce, maltoso, predominando en él notas de cereales, frutos secos, pan de centeno y suave almendra garrapiñada, quedando de fondo frutas como bayas y ciruelas blancas, muy bien integradas, con algún deje cítrico. Este delicado conjunto es adornado por lúpulo floral, amable y aromático.

De trago largo, en boca presenta un cuerpo ligero, con una efervescencia algo amarga y seca desde el inicio. Por su parte el sabor sigue un camino similar, destacan los tostados, de nuevo cereales, nueces, almendras, mientras en un segundo plano se combinan frutas oscuras con tenues toques de caramelo. Termina en un final amargo pero controlado, con lúpulo algo más cítrico y herbal de lo que me esperaba, malta ligeramente quemada, suave especia y algún recuerdo de té negro. Quizá algo aguada, aunque sin pasarse, y con el carbónico en el límite, pero es de todas maneras un ejemplo bastante fiel de las Altbier. Las hay mejores, sin duda, pero también mucho peores. Mil gracias a Cervecita en Casa por el detalle, no se ven marcas como esta todos los días.

NOTA:

domingo, 8 de febrero de 2015

Aecht Schlenkerla Eiche

MARCA:
Aecht Schlenkerla
MODELO: Aecht Schlenkerla Eiche
ESTILO: Doppelbock ahumada (8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Una de las cervezas de Schlenkerla más solicitadas es sin duda Eiche, una Doppelbock ahumada con madera de roble, en vez de madera de haya como suele ser habitual en este estilo, que únicamente se produce durante los meses de invierno. Dentro de las cervezas de esta marca, yo le tengo un especial cariño no porque me parezca superior a su fantástica Märzen, (cosa que tampoco me atrevería a afirmar) sino por lo mucho que la disfruté en el segundo viaje que hice a Colonia, en esa ocasión sin acompañantes, tras una maratoniana jornada por la ciudad con los termómetros por debajo de 0ºC en todo momento. Entonces me pareció una cerveza muy apropiada para sobreponerse del frío del invierno, ya en el calor del hogar, y este ha sido el uso que le he dado este año a las botellas que me he agenciado.

Cuando me planté en el sofá con un libro y la botella delante fue el mejor momento del día. Al abrirla vi un líquido pardo rojizo, con bastantes burbujas que ascendían desordenadas hasta la espuma amarillenta cremosa y consistente, ayudando a que mantuviese un volumen perfecto. Al olfato ataca el perfume inconfundible de una cerveza de Bamberg, con una gran cantidad de humo que recuerda a la carne ahumada acompañado de un mínimo toque de carbón. No es, ni mucho menos, una cerveza monodimensional, sino que el ahumado se apoya en una contundente base de malta dulce con un ligero tueste, caramelo, suave melaza y miel de brezo, y delicada fruta madura entre la que destacan los higos. De fondo se intuyen mínimos recuerdos de madera, y algo de lúpulo floral.

En boca lo primero que me llamó la atención fue la carbonatación, algo superior a lo que me esperaba aunque sin pasarse. De cuerpo consistente, inicia el trago el dulce, con malta, caramelo, higos, melaza, y leves melocotón y pera, pero progresivamente se va introduciendo el ahumado hasta ocupar la mayor parte del espectro, adornado por la suave aspereza de la madera, recuerdos de castañas y medido alcohol. Termina con un amargor claro, de carácter cítrico y floral, ligeramente cálido y con un punto especiado. El regusto, dominado casi por completo por el humo, persiste durante largo tiempo en la boca, reduciendo al mínimo el espacio libre entre trago y trago. Se trata de otra fantástica elaboración de esta marca, imprescindible para los amantes del humo. Para mí esta cerveza evidencia que a la hora de elaborar una buena Rauchbier no basta con añadir malta ahumada entre los ingredientes, sino que exige un manejo preciso del resto de los granos para conseguir un equilibrio que dote a la cerveza de complejidad... y en esto en Schlenkerla son maestros.

NOTA:

lunes, 2 de febrero de 2015

Kilikia (Կիլիկիա) 1952

MARCA: Kilikia (Կիլիկիա)
MODELO: Kilikia (Կիլիկիա) 1952
ESTILO: Pale Lager (4'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Armenia

CARACTERÍSTICAS: No soy demasiado asiduo a comprar cervezas únicamente porque no las he bebido antes, asumí hace tiempo (contra mi voluntad) que no se puede probar todas, y que el obsesionarse con conseguir cosas nuevas hace que no vuelvas a disfrutar de cervezas maravillosas. Sin embargo, la perspectiva de tomar una cerveza de un país tan poco habitual como Armenia me resultó atractiva, y al verla en una estantería de Birrabox decidí arriesgarme. Kilikia, cuyo nombre posiblemente hace referencia al Reino Armenio de Cilicia que ocupó las tierras al Norte del Golfo de Alejandreta en los siglos XIII y XIV, es, tras 50 años de historia, una de las 5 marcas de cerveza que existen en este país. Elaboran más de 10 modelos distintos, y si elegí comentar esta en vez de cualquier otra fue... pues porque no había más, para qué os voy a engañar.

De color dorado brillante, genera una espuma de un color blanco inmaculado, alimentada por un gran número de microburbujas que se ven a través del líquido cristalino. El contacto inicial en nariz no está del todo mal; comienza con un perfume de malta dulzona y pan blanco, rodeado por notas de crema de manzana, leve pera en almíbar y algún deje de flores o miel, que si uno se despista puede recordar algo a las Maibock germanas. No obstante, al prestar atención sí que se percibe un dulzor artificial, como de sirope, que levanta algunas conjeturas acerca de cómo puede ser el sabor. 

Por desgracia en boca se confirman las sospechas, además desde el primer momento, con una entrada no muy agradable protagonizada por dulcísima malta, azúcar, sirope y masa de pan, todo tremendamente industrial. Al igual que en el olfato, hay algo de fruta madura que se va sumando poco a poco al conjunto, principalmente manzana asada, pera y leve almíbar, pero no contribuyen a contrarrestar el empalagoso sabor sino que casi lo potencian, ayudadas además por una textura pastosa que ocupa el lugar que correspondería al cuerpo de la cerveza. Termina plana, con un levísimo amargor manchado de cítricos y un deje floral y mantequilloso. Tomo con relativa frecuencia cervezas industriales, tanto maravillas como las de Weihenstephaner como referencias con pocas pretensiones como pueden ser las Baltika o las Ursus, y las disfruto sin dificultad, pero esta es que ni siquiera resulta refrescante por culpa de su textura. Reconozco que mi predisposición acerca de esta botella no era la mejor, pero aun así creo que no llega a un nivel razonable. De todas maneras, siempre está bien poder decir que he tomado una cerveza armenia.

NOTA:

domingo, 25 de enero de 2015

Founders Imperial Stout

MARCA: Founders
MODELO: Founders Imperial Stout
ESTILO: Russian Imperial Stout (10'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Estados Unidos

CARACTERÍSTICAS: La historia de la norteamericana Founders se asemeja a muchas otras: dos amigos con el sueño de dirigir una cervecera, en este caso Mike Stevens y Dave Engbers, abandonaron sus trabajos habituales para dedicarse en cuerpo y alma a esta apasionante labor. La gran diferencia entre esta y otras fábricas que han seguido un camino similar es el resultado final, en apenas 15 años de existencia Founders se ha establecido como uno de los grandes estandartes de la cerveza estadounidense, con referencias reconocidas y apreciadas en todo el mundo. La pena es que no son muchas las botellas de esta marca que llegan a la Península, y las que lo hacen suelen estar a unos precios escalofriantes... sin embargo, esta que presento hoy, elaborada sólo en meses de invierno, llegó a mis manos por cortesía de Rubén, quien se acordó de mí durante unas vacaciones por la zona. (¡gracias, jefe!)

Servida en copa... ¡pe-tro-leo! Es viscosa a su paso por el cristal, ni se inmuta con la luz e incluso deforma el continuo espacio-tiempo; de las cervezas más oscuras que he visto. Forma una espuma marrón bronce, tan densa como el cemento aunque de cantidad moderada. En nariz lo que más destaca es el cacao, un intenso torrente al que acompañan regaliz negro y café. La malta y su dulzor se funden con estos matices, amortiguan la esperable sequedad del grano tostado con sirope y frutas oscuras. Quedan más de fondo leves dejes herbales, un toque de carbón y humo, y algo de soja. Sorprende que sea tan dulce, aunque evidentemente no lo es en exceso.

La sensación en boca es realmente agradable, resulta cálida y muy sabrosa. De cuerpo completo, la entrada la dominan chocolate, brownie, malta tostada y de fondo caramelo, con un dulzor considerable que en escasos segundos es asaltado por notas de café espresso, torrefacto y cacao puro, dejando al regaliz negro en segundo plano. Desde la mitad del trago se empieza a notar en calor del alcohol mezclado con recuerdos de frutas del bosque, y progresivamente crece hasta el marcado amargor final, áspero y seco, donde quema un poco la garganta y la tiñe de suave especia picante, recordando al ron negro. Poco a poco el sabor desaparece, dejando recuerdos de humo y ténues toques de lúpulo herbal mientras el alcohol calienta el estómago. La verdad es que se trata de las mejores Imperial Stout que he tomado hasta la fecha; es compleja, densa y pesada pero a la vez muy bien controlada, con cada malta en su justa proporción para conseguir un equilibrio casi perfecto que permite que todas ellas estén presentes en el sabor. Parece el tipo de cerveza que uno no se cansaría de beber, son afortunados aquellos que la tienen a menudo al alcance.

NOTA:

domingo, 18 de enero de 2015

Traquair House Ale

MARCA: Traquair
MODELO: Traquair House Ale
ESTILO: Scotch Ale (7'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Escocia

CARACTERÍSTICAS: Una de las cerveceras más antiguas de Escocia, fundada a principios del siglo XVIII, es la emplazada en Traquair House, mansión construida en la región de Tweeddale en el siglo XII y que afirma ser el edificio del país que más tiempo lleva habitado de forma continua. Esta fábrica interrumpió su actividad a principios del siglo XIX por la fuerte competencia a la que se vio sometida tras la apertura de múltiples cerveceras en Escocia, y no fue hasta la segunda mitad del siglo XX cuando el vigésimo terrateniente de Traquair House, Peter Maxweel Stuart, decidió retomar la elaboración de cerveza y, en colaboración con el entonces maestro cervecero de Belhaven, Sandy Hunter, creó la receta para una de las Scotch Ale más valoradas que existen, Traquair House Ale, que vió la luz en 1965.

De color marrón-granate, bastante opaco, crea una fina banda de espuma grisácea que vuela en pocos minutos, dando una impresión de tener la escasa carbonatación que se encuentra en muchas cervezas británicas. Su perfume es muy intenso, dominado por malta tostada, sirope de caramelo y mucha fruta, destacando ciruelas, higos y guindas, mientras la parte de sequedad que limita el dulzor la componen notas de cacao y frutos secos; quedan en un segundo plano recuerdos de frutas del bosque, suave azúcar moreno y té negro. Tras reposar un rato aparecen notas de vino y maderas bastante discretas, que evidencian la fermentación en roble y dan una nueva dimensión al conjunto.

Afortunadamente la exquisita sobriedad del aroma se mantiene íntegra en el sabor. En el comienzo predomina el dulce, se fusionan malta, caramelo y frutas oscuras, pero progresivamente ganan presencia frutos secos como nueces o almendras, cacao, pan negro y algún resquicio de madera, secando poco a poco el trago. El final esta dirigido por un contundente amargor que se instaura lentamente, áspero y terroso, con dejes de madera, quemado, notas de alcohol bien controladas que evocan al ron y mínimo humo, todo ello adornado de especia picante y lúpulo británico de carácter cítrico. Cerveza sabrosa y muy compleja, una demonstración de maestría en el manejo de las maltas que consiguen mantener el interés en todo momento sin extravagancias. Se trata de una de las cervezas predilectas de Michael Jackson, y también es una de las mías; todo un ejemplo de tradición, elegancia y buen hacer que la convierten en un clásico indiscutible.

NOTA:

lunes, 12 de enero de 2015

Naparbier Avant-Garde Barley Wine (Edición 2013)

MARCA: Naparbier
MODELO: Naparbier Avant-Garde Barley Wine (Edición 2013)
ESTILO: Barley Wine añejada en barrica de vino tinto (12% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Una de las mejores cervezas que pude probar durante las Navidades pasadas fue la primera representante de la nueva linea Avant-Garde que acababa de estrenar Naparbier, una Dubbel tan lograda que parecía sacada directamente de una abadía belga. Lo que no sabía es que en ese mismo momento se estaba gestando otra cerveza de esa misma serie que vería la luz un año después, una Barley Wine añejada durante 14 meses en barricas de vino tinto, si no me equivoco en las mismas barricas de la bodega Otazu en las que envejeció The Beast 666. Claro está, con el precedente de la anterior no podía dejar pasar este nuevo lanzamiento, y cuando la vi en La Vinoteca hace un par de semanas no dude un segundo.

Desde el momento de servirla esta cerveza recuerda más a un destilado, puesto que de espuma no produce ni gota, por mucha distancia que haya entre la botella y la copa. Sí que queda alguna burbuja gruesa en superficie, decorando un líquido marrón roble de una turbidez excepcional, pero no más que eso. Su perfume no podría ser más contundente; invaden las fosas nasales malta, toffee y caramelo a raudales, con un dulzor denso y profundo, licoroso, que trae recuerdos de pasas, coñac y suaves dátiles. Alrededor quedan leves notas de té negro, azúcar moreno y ciruela madura, salpicando el conjunto. Por último, tras un rato de reposo emergen los matices propios de la barrica, junto con algún punto de cacao, que sin acaparar el protagonismo tampoco pasan desapercibidos.

La primera sensación en boca la hace perfectamente confundible con un licor, al juntarse su cuerpo consistente y su textura sedosa con la casi total ausencia de carbonatación. Entra de nuevo dulce malta tostada junto a sirope de caramelo, y poco a poco se van añadiendo otros elementos que refuerzan la pesadez y densidad del trago, entre ellos pasas, reminiscencias de moscatel y brandy, más apagadas notas de dátiles y mínimas frutas del bosque. Hacia el final se introduce la sequedad esperable de la madera, junto a la cual se encuentran recuerdos de vino tinto y un deje ácido del Brett, antes de concluir con una nueva embestida de malta, cacao y coñac, acompañada de un agradable calor alcohólico que raspa la garganta. En mi opinión no es tan brillante como la Dubbel de esta misma serie, aunque sigue siendo una gran cerveza. La base es sin duda muy buena, la barrica ha funcionado bien y le da una complejidad todavía mayor, la única pega que le veo es que tanto tiempo en ella ha aplanado un poco los demás sabores. No obstante, me parece una elaboración muy recomendable, de esas que no hay que dejar pasar.

NOTA:

miércoles, 7 de enero de 2015

St. Bernardus Christmas Ale

MARCA: St. Bernardus
MODELO: St. Bernardus Christmas Ale
ESTILO: Quadrupel de Navidad (10% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Como primera cerveza de Navidad, y posiblemente también la única, que comento este año, he optado por un clásico indiscutible que pocos inviernos me quedo sin tomar: Christmas Ale de St. Bernardus. Habitualmente la encuentro en formato de 75 cl y aprovecho para compartirla con familiares o amigos en alguna de las cenas propias de esta época del año, sin embargo en esta ocasión estaba disponible en un formato más accesible para una única persona, así que no he perdido la oportunidad de reseñarla para el blog y casi completar todas las elaboraciones de esta fantástica fábrica.

Como no podía ser de otra forma tratándose de una Quadrupel, es de un color marrón oscuro, caoba, más cercano al pardo mirada al trasluz. Siguiendo lo habitual en las cervezas belgas, forma una esponjosa capa de espuma beige al servirla, muy abundante en un principio y que seguidamente se reduce hasta un dedo. Desprende un perfume muy intenso, compuesto por torrente de caramelo denso y espeso, sirope y toneladas de dulce malta tostada, adornados de recuerdos de azúcar candy, té inglés y canela más leves. A su vez fruta muy madura, siendo lo más prominente ciruelas, envuelven el conjunto sin interrumpirlo, dando la sensación de que los mil matices del aroma forman un todo.

En boca la entrada la dirigen malta tostada y caramelo, aunque sin ser tan arrolladoras como en el perfume, con grano y frutos secos, el más llamativo nuez, moderando el dulzor. Pese a que su protagonismo sigue siendo indiscutible, la fruta también está algo más comedida; se mantiene la ciruela como actor principal pero se suman otras de perfil más ácido como manzana golden, naranja e incluso algún toque de limón, siempre con un papel secundario. De cuerpo medio-alto, el trago pasa no obstante fluido hasta que se detiene en el considerable amargor final, potenciado por un picor provocado por la viva carbonatación y la especia. En este punto la fruta madura experimenta un resurgir, y se combina a la perfección con medidos recuerdos florales, suave picante y un cálido punto alcohólico que se mantienen en el largo regusto, permitiendo así disfrutar lentamente de esta elaboración. No esperaba otra cosa de esta fábrica: una cerveza sabrosa y equilibrada, nada empalagosa a pesar de ser navideña y apetecible en cualquier momento, y todo ello sin salirse ni un milímetro de la tradición belga. St. Bernardus nunca falla.

NOTA:

jueves, 1 de enero de 2015

Arévaka Negra Miel

MARCA: Arévaka
MODELO: Arévaka Negra Miel
ESTILO: Braggot (6'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: A pesar de la inexplicable simpatía que tenía por la marca, mi primer contacto con las cervezas Arévaka no fue tan satisfactorio como esperaba y me quedé con ganas de probar alguna otra de sus elaboraciones para ver si eran más de mi gusto, y así de paso poder hacer una crítica mejor en este blog. Al final me decidí por su Negra Miel, una original cerveza que el autor encuadra dentro del estilo Braggot, consistente en una mezcla de miel y malta fermentadas junto con diferentes especias y hierbas propia del Norte de Europa, cuyos origenes se remontan hasta el siglo XII.

Con una expectación tremenda por no saber a qué me iba a enfrentar, abrí la botella mientras me preparaba un libro con el que acompañar la tarde. Al servirla vi un líquido de color negro azabache, rubí al trasluz, que genera una espuma gris escasa pero persistente, manteniendo en todo momento un par de milímetros sobre la superficie. Desde el primer momento llama la atención la intensidad del tostado del cereal, para nada esperada, atacando al olfato con potentes notas de malta asada y café, con un toque de miel, infiltradas por torrefacto, carbón, leve aceituna negra y un punto de ahumado. De fondo, sin demasiado protagonismo, se encuentran frutas del bosque y ligero caramelo, que moderan la agresividad del perfume. La originalidad era indudable, pero a estar alturas tenía serias dudas de si me iba a gustar la cerveza.

En boca resultó ser tan áspera como me temía. Comienza con malta y suave caramelo, y en seguida entran intensas notas de torrefacto, café espresso, y suaves humo, goma quemada y regaliz negro. Poco a poco la sequedad deja entrar algo de mora, arándanos, miel y suave azúcar moreno, para al final dirigir al conjunto a un amargor marcado, cafetoso y ahumado, con olivas negras y leve pino y limón. Queda en el largo regusto un profundo recuerdo de miel de brezo, que supone el broche final de esta cerveza tan peculiar. Me ha resultado difícil de valorar por ser un estilo en el que no tengo ninguna experiencia, y por lo tanto no puedo comparar, pero la sensación definitiva ha sido muy positiva. El tostado tan marcado es un poco excesivo para mi gusto y además se come gran parte de la miel; de todas formas al final la cerveza se asimila con bastante facilidad y antes de darse uno cuenta el vaso está vacío. Posiblemente se puede ajustar algo la receta, pero mientras tanto no me importaría tomar alguna de cuando en cuando. Gracias a mis padres por haberme regalado la botella, por cierto.

NOTA: