MARCA: Eggenberg
MODELO: Eggenberg Urbock 23º
ESTILO: Doppelbock (9'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Austria
CARACTERÍSTICAS: El castillo Eggenberg es uno de los palacios de estilo gótico más importantes de Graz, capital del estado austriaco de Estiria. En el se comercializa desde el año 1681, tras la compra de las instalaciones por Weissmann, aunque previamente se producía esta bebida para el consumo de los habitantes. Su referencia más conocida es, sin duda, Samichlaus, pero su catálogo es mucho más amplio, afortunadamente para mí porque no soporto esa cerveza. De estas hoy voy a comentar una de sus elaboraciones más especiales por su prolongada maduración de 9 meses, sus 23º Plato y sus 9.6º de alcohol, lo que la estableció como la cerveza más fuerte de Austria cuando salió por primera vez a la venta en la década de los 70.
Esta es una cerveza más clara de lo que uno esperaría para una Doppelbock, de un color entre bronce y dorado, ligeramente velada. Apenas genera espuma al servirla, y esta desaparece por completo en escasos segundos, por lo que no queda un aspecto demasiado apetecible. Por suerte el temor de encontrar una lager pasada de alcohol al más puro estilo de varias referencias neerlandesas desaparece al acercar la nariz y encontrar un aroma goloso y bien equilibrado. El núcleo está formado por toneladas de malta, bizcocho y sirope de caramelo, envuelto en frutas sobremaduras entre las que destaca manzana asada, pera y melocotón. Están también presentes recuerdos de miel y flores, mientras que el alcohol se intuye en forma de especia.
En boca es potente, cremosa, casi parece un licor, y el sabor llena la boca. La entrada es está copada por malta de tueste ligero, caramelo y miel, con un repertorio similar de frutas al que se suma la naranja confitada. Final de amargor algo más marcado de lo esperado y que evita que resulte empalagosa. El lúpulo libera notas florales y minerales, y el alcohol, pese a ser evidente, está bien integrado y aporta un agradable punto de clavo y pimienta. Me ha sorprendido gratamente, la recomiendo sin duda si se tiene un estado anímico apropiado para este tipo de cervezas.
MODELO: Eggenberg Urbock 23º
ESTILO: Doppelbock (9'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Austria
CARACTERÍSTICAS: El castillo Eggenberg es uno de los palacios de estilo gótico más importantes de Graz, capital del estado austriaco de Estiria. En el se comercializa desde el año 1681, tras la compra de las instalaciones por Weissmann, aunque previamente se producía esta bebida para el consumo de los habitantes. Su referencia más conocida es, sin duda, Samichlaus, pero su catálogo es mucho más amplio, afortunadamente para mí porque no soporto esa cerveza. De estas hoy voy a comentar una de sus elaboraciones más especiales por su prolongada maduración de 9 meses, sus 23º Plato y sus 9.6º de alcohol, lo que la estableció como la cerveza más fuerte de Austria cuando salió por primera vez a la venta en la década de los 70.
Esta es una cerveza más clara de lo que uno esperaría para una Doppelbock, de un color entre bronce y dorado, ligeramente velada. Apenas genera espuma al servirla, y esta desaparece por completo en escasos segundos, por lo que no queda un aspecto demasiado apetecible. Por suerte el temor de encontrar una lager pasada de alcohol al más puro estilo de varias referencias neerlandesas desaparece al acercar la nariz y encontrar un aroma goloso y bien equilibrado. El núcleo está formado por toneladas de malta, bizcocho y sirope de caramelo, envuelto en frutas sobremaduras entre las que destaca manzana asada, pera y melocotón. Están también presentes recuerdos de miel y flores, mientras que el alcohol se intuye en forma de especia.
En boca es potente, cremosa, casi parece un licor, y el sabor llena la boca. La entrada es está copada por malta de tueste ligero, caramelo y miel, con un repertorio similar de frutas al que se suma la naranja confitada. Final de amargor algo más marcado de lo esperado y que evita que resulte empalagosa. El lúpulo libera notas florales y minerales, y el alcohol, pese a ser evidente, está bien integrado y aporta un agradable punto de clavo y pimienta. Me ha sorprendido gratamente, la recomiendo sin duda si se tiene un estado anímico apropiado para este tipo de cervezas.
NOTA: