MODELO: Guineu Rocaters
ESTILO: Bock (6'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España
CARACTERÍSTICAS: Tras unas semanas de descanso sigo con las Guineu que gané en el concurso de Cervezalandia, en esta ocasión con su Rocaters, en teoría una Bock. Digo en teoría porque si hay una pega que ponerle a las cervezas de esta marca es lo crípticas que son sus botellas, es bastante complicado saber a qué atenerse al destapar una de ellas sin tener que indagar por Internet previamente, problema que además sería muy sencillo de solucionar. Tampoco es que sea muy grave, peor sería que sus cervezas fuesen de mala calidad, (cosa que indudablemente no son) pero sí que es cierto que fue lo primero que pensé cuando vi por primera vez las botellas en una estantería de Líquidos.
Servida en copa luce un hermoso color pardo anaranjado, resplandeciente, con apenas 2 mm de espuma beige pero que aguanta el tipo bastante bien. Exhibe un aroma dulce, tan frutal que resulta incluso chocante que estemos ante una lager, donde en un núcleo de malta y caramelo se infiltran sin dificultad melocotón y naranja maduros, bien acompañados por canela, lúpulo floral y un leve toque de levadura.
En el sabor insiste en la fruta, destacando sobre el conjunto un llamativo gusto a mandarina, y es en mi opinión donde esta cerveza tropieza al centrarse en este aspecto en detrimento de la malta, impidiendo así que pueda desplegarse de forma óptima. Poco a poco desarrolla un suave amargor floral, con un toque de hierba y cítrico, que deja un regusto relajado, ligeramente astringente, con el que tampoco se consigue llamar demasiado la atención. A diferencia de las otras tres de esta marca que he tomado, Riner, Coaner y Montserrat, esta no me acaba de convencer, la veo un poco plana y su bajísima carbonatación acentúa más aún lo que para mí son carencias. No obstante no creo que sea una mala cerveza, simplemente no la veo a la altura de los otros productos de Guineu.
Servida en copa luce un hermoso color pardo anaranjado, resplandeciente, con apenas 2 mm de espuma beige pero que aguanta el tipo bastante bien. Exhibe un aroma dulce, tan frutal que resulta incluso chocante que estemos ante una lager, donde en un núcleo de malta y caramelo se infiltran sin dificultad melocotón y naranja maduros, bien acompañados por canela, lúpulo floral y un leve toque de levadura.
En el sabor insiste en la fruta, destacando sobre el conjunto un llamativo gusto a mandarina, y es en mi opinión donde esta cerveza tropieza al centrarse en este aspecto en detrimento de la malta, impidiendo así que pueda desplegarse de forma óptima. Poco a poco desarrolla un suave amargor floral, con un toque de hierba y cítrico, que deja un regusto relajado, ligeramente astringente, con el que tampoco se consigue llamar demasiado la atención. A diferencia de las otras tres de esta marca que he tomado, Riner, Coaner y Montserrat, esta no me acaba de convencer, la veo un poco plana y su bajísima carbonatación acentúa más aún lo que para mí son carencias. No obstante no creo que sea una mala cerveza, simplemente no la veo a la altura de los otros productos de Guineu.