MODELO: John Martin's Pale Ale
ESTILO: Pale Ale (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS: Hace unos meses, al ver un pack de 4 botellas como esta con 2 vasos de regalo por apenas 5 euros en el supermercado, recordé que Chela, de Sursum et Corda, había comentado en una de nuestras entradas que, junto con Duchesse de Bourgogne, esta era la cerveza del británico John Martin que más le gustaba. Por esto, me dio mucho apuro aventurarme a probarlas, cosa que no sé si habría hecho de no tener un comentario positivo acerca de esta cerveza debido a la decepción que supuso su Finest Platinum.
Me llevé tres botellas para amenizar una noche de poker con los amigos y me guardé una para beberla con tranquilidad, y he de decir que ya en ese primer contacto me gustó bastante. Luego, al prestarle más atención, sin compañía, pude distinguir un perfume intenso, muy agradable desde el primer instante, con malta dulce, naranjas y manzanas como protagonistas, notas de toffee, especias con un suave picor, lúpulo constante y muy marcado (¿Steiermark quizá, o estoy diciendo tonterías?), y más ocultos aromas florales, un suave soplo de alcohol, muy disimulado, y un mínimo recuerdo de miel.
El diseño retro del vaso es curioso, y el aspecto en el momento de beber es muy apetecible, con un líquido de color ambarino protegido por una densa espuma muy blanca y cremosa. Al hacerlo se aprecia un sabor dulce en la misma medida que el aroma, frutal e intenso, dominado con claridad esta vez por la naranja y acompañado por una fuerte presencia de especia picante, canela, leves notas de caramelo y malta, y adornando ciertos matices florales, como si fuesen la guinda del pastel. El final es parcialmente seco, con un amargor practicamente inexistente y un punto de especias y alcohol. Se bebe fácil y, sin ser una maravilla, se disfruta sin problema... buena cerveza de sesión, apuntada queda para otras ocasiones.
Me llevé tres botellas para amenizar una noche de poker con los amigos y me guardé una para beberla con tranquilidad, y he de decir que ya en ese primer contacto me gustó bastante. Luego, al prestarle más atención, sin compañía, pude distinguir un perfume intenso, muy agradable desde el primer instante, con malta dulce, naranjas y manzanas como protagonistas, notas de toffee, especias con un suave picor, lúpulo constante y muy marcado (¿Steiermark quizá, o estoy diciendo tonterías?), y más ocultos aromas florales, un suave soplo de alcohol, muy disimulado, y un mínimo recuerdo de miel.
El diseño retro del vaso es curioso, y el aspecto en el momento de beber es muy apetecible, con un líquido de color ambarino protegido por una densa espuma muy blanca y cremosa. Al hacerlo se aprecia un sabor dulce en la misma medida que el aroma, frutal e intenso, dominado con claridad esta vez por la naranja y acompañado por una fuerte presencia de especia picante, canela, leves notas de caramelo y malta, y adornando ciertos matices florales, como si fuesen la guinda del pastel. El final es parcialmente seco, con un amargor practicamente inexistente y un punto de especias y alcohol. Se bebe fácil y, sin ser una maravilla, se disfruta sin problema... buena cerveza de sesión, apuntada queda para otras ocasiones.