lunes, 17 de febrero de 2014

DouGall's 942 IPA

MARCA: DouGall's
MODELO: DouGall's 942 IPA
ESTILO: India Pale Ale americana (6'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: A mí no me cabe la menor duda, y además es evidente que no soy el único que lo opina, de que DouGall's es una de las grandes fábricas nacionales, una de esas empresas con las que sabes que cada nuevo producto que saquen a la venta va a ser de una calidad incuestionable, pese a que te pueda satisfacer más o menos. Todavía recuerdo cuando localicé por primera vez (además en Pamplona) algunas botellas de sus primeras elaboraciones, mucho menos logradas pero que de todas formas apuntaban en buena dirección, y la sorpresa mayúscula al probar años después su 942, seguida de Leyenda y Tres Mares. Este es el camino que creo que debe llevar una fábrica: primero afianzar sus productos y luego lanzarse a innovar, ya sea con nuevas cervezas o con experimentos.

El problema que tiene esta estrategia es que, cuando tienes una joya como es DouGall's 942, es complicado hacer cosas que estén a ese nivel... y a esta odiosa comparación se tuvo que enfrentar su 942 IPA hace unos días en mi casa. Servida en copa luce un bonito traje dorado anaranjado, disperso entre multitud de burbujas finas, que se oculta bajo una interminable capa de espuma blanca inmaculada y muy resistente, que se me hizo incluso algo excesiva, puesto que obliga a esperar algunos minutos antes de poder mojar los labios con el líquido. En nariz es muy similar a la 942 original, o al menos al recuerdo que conservo de ella: mezcla dulce y variada de frutas tropicales, naranja y albaricoque, sobre un fondo de caramelo, malta y leve miel. Envuelve el lúpulo, con notas de hierba fresca, pino, resina, marcados cítricos y más leve miel, mientras especias como jengibre  y cilantro terminan de redondear sin robar excesivo protagonismo.

El sabor es también muy agradable; siguen presentes abundantes frutas tropicales en forma de mango, maracuyá y más discreta piña, pero aquí se refuerzan con firmeza los cítricos, la hierba y el pino, de carácter afilado y penetrante. Inicialmente mantiene el control la calidez de la malta, acompañada de cereales y quizá algún toque de crema, pero poco a poco la acción del lúpulo terminar por neutralizar este dulzor, quedando un trago ácido, astringente y bastante especiado. El final es de amargor medio aunque potenciado por limón y pomelo, que lo hacer parecer más intenso, y adornado por recuerdos minerales, herbales, de aspirina, y muy de fondo apagadas notas tropicales. Si al principio tenía bastantes elementos en común con su antecesora, en boca marca las diferencias con claridad; ésta es más áspera y agresiva, aunque también da una sensación más fresca. Para ser sincero, no encuentro razones para repetir con esta teniendo la original, al igual que me pasa cuando bebo Sierra Nevada Torpedo y me acuerdo de su Pale Ale. No obstante, también quiero dejar claro que para aquellos que son más amantes del lúpulo que yo esta puede ser una buena elección, ya que está a la altura de las mejores... pero posiblemente con un precio muy inferior. En fin, una vez más un muy buen trabajo de esta marca, y no esperaba otra cosa.

NOTA:

sábado, 8 de febrero de 2014

Echigo Stout

MARCA: Echigo
MODELO: Echigo Stout
ESTILO: Export Stout (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Japón

CARACTERÍSTICAS: Una de las primeras microcerveceras que aparecieron en Japón tras la abolición en 1994 de las estrictas leyes concernientes a la producción de alcohol, que dificultaban la obtención de licencias a aquellas fábricas que producían menos de 2.000.000 litros al año, fue Echigo Beer Co. Esta fábrica se fundó en Diciembre de 1994 en Niigata, la ciudad más grande de la costa del Mar de Japón y en cuya prefectura se cultiva el arroz Koshihikari, uno de los más apreciados de este país y que dió nombre a la primera cerveza de Echigo que salió al mercado, concretamente en 1995. No tengo la más remota idea de de dónde pudo sacarla mi compañero bloguil, aunque sospecho que de algún lugar recóndito de Usera, pero el caso es que cuando él y Vicky se presentaron de improvisto en Pamplona con esta botella en la mano fue una agradabilísima sorpresa.

Resbala por la copa lentamente, como el aceite, exhibiendo un color negro impenetrable con mínimos destellos cobrizos en periferia. Acaba formando una espuma marrón algo amarillenta, muy abundante y compacta, que a pesar de disminuir con la exposición al aire deja siempre un buen remanente. Tan oscura como para la vista resulta para el olfato, con un contundente núcleo de café y cacao, infiltrado por moras, ciruelas, pasas y sirope de caramelo, sin dejar un solo resquicio libre. Aromas más secundarios se disponen en periferia, se pueden detectar suaves recuerdos de aceitunas, regaliz negro, azúcar quemado, rodeados por un agradable frescor herbal. Es un perfume intenso, profundo, predominantemente dulce aunque con los tostados listos para atacar en cualquier momento.

Exactamente eso es lo que hacen en cuanto damos el primer sorbo. El café negro y el cacao son aquí invencibles, dan una aspereza y una sequedad potentes ya desde el principio, aunque los primeros instantes están moduladas por un suave dulzor de frutas del bosque, ciruelas y pasas, con un toque de chocolate con leche. Entra en seguida regaliz negro, que apoya la furia del cacao y el café aunque con más moderación, y de forma progresiva se empiezan a introducir en el sabor leves notas de humo, carbón, caramelo quemado y anís, que terminan de neutralizar el escaso dulzor restante. Termina con un amargor marcado, cargado de torrefacto, regaliz negro, delicado lúpulo herbal, una chispa de alcohol y mínimo azúcar quemado. Una Stout muy interesante, quizá algo dura para aquellos que no les apasionan los tostados, pero en mi opinión no se le pueden achacar fallos, puesto que tiene de sobras tanto cuerpo como sabor. Muchísimas gracias, Roberto y Victoria.

NOTA:

lunes, 3 de febrero de 2014

Emelisse Witbier

MARCA: Emelisse
MODELO: Emelisse Witbier
ESTILO: Witbier (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Países Bajos

CARACTERÍSTICAS: En Kamperland, una diminuta localidad de alrededor de 2000 habitantes localizada en la provincia neerlandesa de Zelanda, es donde se localiza ahora la fábrica de Emelisse, regentada por Kees Bubberman y John de Vries. En la actualidad la marca goza de una popularidad considerable y son pocos los que no conocen sus casi 20 productos distintos; no obstante, no siempre ha sido así, y durante un largo tiempo sus cervezas han pasado más desapercibidas. Por este motivo, hasta que consiguieron consolidar una demanda razonable, eran elaboradas en otras fábricas, como De Halve Maan y De Scheldebrouwerij.

Últimamente han pasado muchas de sus cervezas por mis manos, (y aparato digestivo seguidamente) y ha sido una grata experiencia. Entre otras agradables sorpresas, disfruté de su sorprendentemente denostada Imperial Stout y me reconcilié con su Red IPA. Decidí además reservar esta Wit para presentarla en el blog, como estoy haciendo hoy, por dos motivos: el primero es que hacía mucho tiempo que no comentaba una cerveza de este estilo, y el segundo, las serias dificultades que tengo para encontrar ejemplos que me entusiasmen.

El aspecto es algo atípico, frente al habitual amarillo pajizo, ésta es de un intenso color naranja, velado, con una generosa carbonatación que alimenta una espuma densa y compacta. En nariz vuelve la normalidad; sobre un fondo de suave malta dulce y tenue caramelo surgen, más exuberantes, naranja y albaricoque, adornados con el limón del trigo. Acaban de darle volumen notas florales, cilantro y clavo ligeramente picante, consiguiendo un aroma surtido y variado.

Siguiendo el corte clásico, en boca es ligera y no demasiado compleja. El papel de la malta es muy discreto, lo que da al trigo sin maltear la oportunidad de dispersar su acidez en forma de limón, y más suave lima, pomelo y aspirina, entre los cuales se infiltran medidos recuerdos de fruta tropical, naranja y albaricoque. Tras un recorrido un poco lineal termina en un final de amargor ligero y progresivo, alimentado por los cítricos, en el que brotan con fuerza las especias y el lúpulo floral y herbal. Para mi gusto es una buena Wit, aunque muy normalita, sin nada especial. Quizá pueda ser algo más ácida de lo habitual, y por lo tanto más refrescante, pero aun así no llama la atención... lo cual no quita que, de tenerla a tiro, no me importase volver a tomarla. 

NOTA:

miércoles, 22 de enero de 2014

Troubadour Magma

MARCA: Troubadour
MODELO: Troubadour Magma
ESTILO: India Pale Ale americana (9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Kristof de Roo, Rikkert Maertens, Stefaan Soetemans y Sven Suys, cuatro amigos recién licenciados en la escuela de maestros cerveceros Kaho St. Lieven de Gante, al comprobar lo difícil que les podía resultar acceder al puesto trabajo de sus sueños en una cervecera por estar habitualmente en manos de linajes familiares, decidieron fundar en el año 2000 De Musketeers y comenzar así su propia aventura. Su primera cerveza fue Troubadour Blonde, una rubia belga bastante acorde con la tradición de este país, pero tras este producto se lanzaron a elaborar otros estilos más exóticos como una Mild o una Imperial Stout.

Yo no conocí la marca hasta que su Blonde cayó en una de las catas de La Vinoteca; no obstante tampoco me habría esforzado en buscar otras referencias, si no hubiese sido porque el maestro Iñaki me recomendó encarecidamente la cerveza que voy a reseñar hoy, una India Pale Ale llamada Magma. A través del cristal se ve un líquido entre marrón y rojizo, ligeramente anaranjado, decorado por una fina carbonatación que asciende en rosario hasta su abundante y cremosa espuma beige. El aroma es tan espectacular como curioso; entra un dulce torrente de malta belga, penetrante caramelo y miel, envuelto en potentes notas de melocotón en almíbar, con un leve punto ácido de naranja y frutas tropicales en un segundo plano. Refuerza la frutalidad el también intenso lúpulo, de marcado carácter floral, y una delicada mezcla de notas algo lácteas de levadura y especia picante.

Si en nariz ya resultaba florida, en boca es una explosión de sabores nada más rozar las papilas. Irrumpen malta y caramelo de base, sobre la que se desarrollan intensos recuerdos de melocotón en almíbar, mango, miel, flores y leve naranja. Los cítricos, aunque entran con disimulo, pasan a jugar un papel importante a medida que avanza el trago, y preparan la boca para un intenso amargor final. Éste está cargado de hierba, especias muy picantes entre las que destacan cilantro y clavo, y más suave cáscara de naranja, piña y levadura. El dulzor del inicio también tiene aquí su hueco, aunque muy atenuado por el lúpulo, y sirve de apoyo para alcohol, que se muestra sin tapujos en el estómago tras un paso discreto por boca. Si a todo esto le sumamos un cuerpo consistente y una textura sedosa, lo que queda es una cerveza exuberante y compleja que combina la frutalidad de las Ale belgas con la fuerza del lúpulo americano. A mí me ha encantado, me parece una cerveza con mucho trabajo detrás y me deja con ganas de conseguir las demás de la marca. Fantástica recomendación de un cófrade.

NOTA:

martes, 14 de enero de 2014

Brewdog Santa Paws

MARCA: Brewdog
MODELO: Brewdog Santa Paws
ESTILO: Scotch Ale con miel de brezo (4'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Escocia

CARACTERÍSTICAS: Unas de las cervezas navideñas que más se han dejado ver durante estas fechas en la Península han sido las de Brewdog, concretamente Hoppy Christmas y Santa Paws. Tuve la primera a tiro, pero tanto porque la orientación que llevaba la cerveza no me parecía demasiado atractiva, (la generosidad en el uso del lúpulo me resulta más apetecible en otras fechas) como por su precio, la dejé pasar. Distinto fue el caso de Santa Paws, una Scotch Ale con miel de brezo, disponible además por menos de 2 euros, a la que sin tener que pensarlo demasiado le busqué un hueco en mi despensa.

Unas semanas después de las fiestas me surgió el momento idóneo para abrirla, una tarde helada de Domingo. Se llena la copa de un líquido negro como el carbón, algo más claro en periferia, que va creando una compacta y resistente capa de espuma beige, de alrededor de 1 dedo de grosor. Irrumpen maltas muy oscuras en su potentísimo perfume, dándole el papel protagonista al regaliz negro, seguido de chocolate puro, y más leve anís, café y azúcar quemado. No obstante, a pesar de estas notas el aroma es dulce, posiblemente gracias al fondo de caramelo, frutas del bosque y malta, lo que crea un contraste peculiar. El último detalle lo pone un llamativo toque herbal, algo aislado del resto de matices aunque combina muy bien con el anís, y que recuerda en cierta manera a las Gruit.

En su sabor siguen reinando los tostados con intensas notas de regaliz negro, algo más secundario café, y ya en un segundo plano humo y cacao. Sin embargo, en este caso el dulzor es mínimo, apenas se intuyen mora y leve caramelo, lo que es sorprendente teniendo en cuenta el estilo al que pretende asemejarse esta cerveza. A medida que se reposa y se asientan los sabores aparece algo más de frutas maduras y caramelo, pero tampoco con demasiada fuerza. Termina en un final de amargor constante, impregnado de torrefacto, regaliz, algo de especia picante, azúcar quemado y dejes ahumados. La miel empleada en la elaboración me pareció muy difícil de detectar, quizá deje algún rastro floral y almibarado en el final, aunque no estoy del todo seguro; posiblemente si no hubiese conocido a priori la presencia de este ingrediente se me habría pasado por alto. En cuanto a la cerveza en sí, me ha gustado pero tampoco me ha parecido nada excepcional: además de que es más similar a una Porter que una Scotch, tampoco es ni muy densa ni muy profunda, más bien sencilla y directa. Se disfruta, eso sí, y se puede repetir sin problema, pero tampoco me esforzaría demasiado en encontrarla.

NOTA:

domingo, 5 de enero de 2014

Rodenbach Caractère Rouge

MARCA: Rodenbach
MODELO: Rodenbach Caractère Rouge
ESTILO: Flanders Red Ale macerada con fresas, cerezas y arándanos (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Me sorprende que a estas alturas, tras casi 6 años de blog, no hayamos dicho ni una palabra de una fábrica que es sinónimo de excelencia y que además produce algunas de mis cervezas predilectas, la Brouwerij Rodenbach. Fue fundada en 1836 en Roeselare, Flandes Occidental, por Pedro Rodenbach y su esposa Regina Wauters. Sin embargo fue Eugene, su hijo, quien tras ponerse al cargo de la empresa en 1878, fue capaz de dar a las cervezas de esta marca el carácter que ahora las hace identificables en todo el mundo, gracias a los conocimientos sobre añejado y blending que éste adquirió durante una estancia en Inglaterra. Sus elaboraciones más populares y fáciles de adquirir son Rodenbach y Rodenbach Grand Cru, ambas fantásticas; sin embargo hoy voy a comentar una cerveza bastante menos común y de la que han salido al mercado únicamente 900 botellas: Rodenbach Caractère Rouge.

Se trata de una colaboración entre Viki Geunes, cocinero del 't Zilte de Antwerp; Jan Toye, propietario de Palm Breweries; y Rudi Ghequire, maestro cervecero de Rodenbach; y se trata de una Rodenbach macerada con frutos rojos durante 6 meses, tras lo cual se la somete a una refermentación en botella. Con todo esto cabe esperar, además de los matices aportados por la fruta, abundante presencia de levaduras salvajes. Y así es, de su líquido rojizo eclosiona un aroma predominantemente ácido en el que destacan fresas silvestres, frambuesas, y cerezas, envueltas en un manto de madera, cuya intensidad es superior a todo lo que me he cruzado hasta el momento, y más leves recuerdos de cuero. Las Brettanomyces están distribuidas por todas partes de forma homogénea, mientras queda en el fondo frutos secos, cereales, y muy discreto caramelo.

En nariz me parecía difícil de diferenciar de una Lambic, y en boca esa sensación es todavía mayor. Es muy ácida, recuerda al pomelo, con un sabor en el que es evidente la presencia de levaduras salvajes, potenciada además por el carbónico junto con toques de madera, aunque más moderados que en el aroma. Se combina esto con intensas notas de frutos rojos, al inicio arándano y cereza, más adelante fresa y frambuesa, sobre una tímida base de malta y cereal con un dulzor muy apagado. Tanto madera como levaduras, controladas durante el trago, se acentúan en los últimos instantes del mismo, creando un final de intenso amargor y acidez, cargado de recuerdos de cerezas, cítricos, leves frutos secos y mínimo alcohol. Los dos años y medio de preparación que han sido necesarios para tener lista esta cerveza han conseguido que los distintos matices se integren con firmeza, y tener en ella levaduras, frutas, barrica, alcohol y malta sin que ninguno de estos sabores sea demasiado estridente. (pese a que los tres primeros tienen más presencia) Ha sido un privilegio tomar esta cerveza, y se lo debo a Rubén de La Vinoteca. ¡Gracias!

NOTA:

martes, 31 de diciembre de 2013

Anderson Valley Winter Solstice Seasonal Ale


MARCA: Anderson Valley
MODELO: Anderson Valley Winter Solstice Seasonal Ale
ESTILO: Winter Warmer de Navidad (6'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Estados Unidos

CARACTERÍSTICAS: Como no podía ser menos, esta cervecera alimentada únicamente por energía solar también se apunta a la moda de las cervezas de temporada, pero en su caso, en vez de dedicar su elaboración a Santa Claus o a la Navidad, ellos prefieren celebrar, como si de paganos se tratasen, el día más corto del año. Así, han conseguido crear una de las cervezas invernales estadounidenses más populares, una Winter Warmer llamada Winter Solstice, cuya fama es casi comparable con la de la Our Special Ale de Anchor, que comenté hace escasos días.

El momento de tomarla fue casi tan especial como el Solsticio de Invierno o puede que incluso más, puesto que había decidido que sería mi acompañante durante el último capítulo de The Wire, serie fascinante donde las haya. Exhibe un traje pardo anaranjado con algún brillo amarillento, protegido por una fina capa de espuma beige que desaparece por completo en segundos, no quedando el más mínimo rastro en la superficie de la copa. Un aroma de intensidad media, dulzón y frutal, se escapa de la copa reptando. Dominan en él notas de orejón de melocotón, ciruelas pasas, toffee y abundante caramelo, con dátiles, naranja y un deje de miel más secundarias. Todo esto se sostiene sobre un fondo algo mantequilloso, con medidos recuerdos de crema y vainilla, mientras el conjunto es ornamentado por dejes de canela y flores.

Me pareció un deleite tener un dulzor tan agradable y tanta cremosidad en nariz, y casi rezaba porque se mantuviese en boca. Supongo que normalmente los dioses tienen cosas más importantes de las que ocuparse que de estas plegarias, pero quizá por las fechas parece que se me escuchó, y la sensación del sabor era muy similar. De nuevo se detecta ese fondo de mantequilla derretida, mezclado con caramelo, suave vainilla y canela. Poco a poco se introducen notas de naranja, que pueden recordar al Cointreau al apoyarse en el dulzor de la malta, y después frutas maduras como las mencionadas en el aroma, que envuelven el trago. Concluye con un amargor medio, en el que se combina la fruta con algo de especia picante, malta, suave miel y un medido toque de alcohol, que potencia ligeramente la astringencia. Quizá un poco más de cuerpo no le habría venido mal, lo que no quita que sea una cerveza excelente para temperaturas bajas gracias al reconfortante paso que tiene por boca, cálido y profundo.

NOTA: