MODELO: Augustinerbräu Dunkel
ESTILO: Dunkel Lager (5'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: En estos tiempos un tanto agitados que corren en el panorama cervecil, en los que aparecen las nuevas fábricas aparecen como setas, siempre está bien recordar de cuando en cuando a los que llevan allí toda la vida, puesto que, por muy buen manejo que se tenga del arte de la elaboración, es muy difícil (por no decir imposible) alcanzar el nivel de una cerveza cuya receta lleva siglos perfeccionándose. En esta descripción encajaría perfectamente una de mis fabricas predilectas, Augustinerbräu, cuya Hell no tendría demasiado miedo en situar entre mis 10 cervezas favoritas. Llevaba un tiempo sin abrir ninguna botella de esta casa, pero Roberto y su pareja (no recuerdo ahora el nombre, ya lo lamento) tuvieron el detalle de traernos a Rubén y a mí a una de las catas de La Vinoteca un par de botellas que guardaron de su viaje a Münich, y esto ha sido suficiente para retomar con ganas la marca. ¡Muchísimas gracias a ambos!
Centrándonos en esta Dunkel Lager de Augustiner, es de color roble con periferia anaranjada, y se vuelve de un bonito color rojo grosella al trasluz. Relativamente opaca, se observan infinitas burbujas ascendiendo hacia un par de dedos de espuma beige, que sin embargo aguanta durante largo rato. En nariz no es demasiado rotunda, sin embargo dentro de su moderación es agradable. Comienza con dulce malta tostada, algo más suave caramelo, y leves avellanas, té negro y azúcar moreno, todo ello envuelto en frutas maduras. De estas las que más llaman la atención son manzana asada y ciruela madura, y más de fondo quizá algo de cereza. El lúpulo no juega un gran papel, está bastante apagado y apenas aporta algunos toques florales que a ratos son difíciles de detectar.
En boca es cremosa, de cuerpo medio, con un comienzo muy similar al aroma, aunque quizá algo más sencillo. Carga con fuerza la malta tostada acompañada de frutos secos y pan integral, en esta ocasión con menos dulzor, quedando el caramelo de fondo. La
fruta también juega un papel importante, casi tanto como el de la malta,
pero tiene una vertiente algo más cítrica, dejando de lado las frutas
más maduras. A pesar de una leve sequedad continua, el trago es largo y
termina al final con un amargor que no rompe con la tónica general; se
potencia el cítrico, y se imprimen leves toques florales y especiados,
antes de concluir en un regusto largo teñido de fruta madura y miel.
Deja una buena sensación al terminar de beberla, aunque quizá algo más
de densidad y de sabor no le vendría mal. En mi opinión, se trata de una
buena Dunkel, muy disfrutable, aunque no posee ningún atributo que la haga fascinante y está además algo por debajo del nivel del resto de los ejemplares de esta marca. No obstante, repetiría sin problema.