MARCA: De Molen
MODELO: De Molen Mühle & Bahnhof Barrel Aged
ESTILO: Gose (9'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Países Bajos
CARACTERÍSTICAS: Me resulta fascinante cómo el
#FFdA se consiguió establecer como un evento clásico desde
su primera edición, con más participantes en cada convocatoria, habiendo llegado hasta el punto de que ya varios meses antes de la fecha correspondiente mi cabeza empieza a plantear cuál de las cervezas que llevan más tiempo en mi despensa va a ser la candidata para la ocasión. Por eso, y antes de desarrollar mi aportación a esta séptima edición, quiero agradecer a
Joan Birraire su propuesta y desear una larga vida a esta divertida (y útil) iniciativa.
Las últimas cervezas que he presentado al
#FFdA han tenido la mayoría origen norteamericano, o al menos un marcado carácter de este país, así que tenía la intención de cambiar esta vez de orientación y centrarme en el viejo continente. Al final me decidí por una botella de Gose, una variedad de cervezas originarias de Goslar, al noroeste de Leipzig, que se caracterizan por estar elaboradas con el agua salada que ocupaba los acuíferos de la región, además de cilantro. Inicialmente parece que el proceso de fermentación se llevaba a cabo con levaduras salvajes, pero posteriormente los elaboradores pasaron a emplear levaduras de fermentación alta y bacterias lácticas para conseguir el sabor ácido característico.
Mühle & Bahnhof es la versión añejada en barrica de Matthias & Menno, una Gose fruto de la colaboración entre los neerlandeses de
De Molen y
Matthias Richter, maestro cervecero de una de las pocas fábricas que
producen este estilo en la actualidad, Bayerischer Bahnhof. Es una cerveza muy turbia, de color marrón rojizo, parduzca, y apenas genera espuma al servirla, únicamente quedan burbujas gruesas en periferia. Su aroma es rarísimo; recuerda al Pedro Ximénez, es dulzón, se nota denso caramelo, malta tostada, melaza y algo más suave almíbar y frutas oscuras, y sin embargo, dentro de esta mezcla propia de un
Barley Wine se oculta una acidez láctica, con notas de manzana verde, leve naranja, siendo incluso algo salada.
Y si para el olfato era desconcertante, su sabor no tiene nombre. Aparece una chispa de caramelo y malta, y después domina una acidez láctica, cítrica, con aspereza de la madera y algo de lúpulo herbal. Por último irrumpe la sal, mucho más potente de lo que esperaba, y dirige el final del trago, limitada por un amargor y acidez más secundarias, y rodeada de notas de madera, naranja, limón, especia picante y recuerdos de brandy. Regusto largo, ácido y salado por igual, y con un medido calor alcohólico que se agarra a la garganta y el estómago. Más allá de que el estilo es raro, esta cerveza me ha resultado excesivamente estridente y los diferentes matices no demasiado bien ensamblados, no tendría ningún interés en repetir. No obstante, como candidata al
#FFdA creo que ha jugado un buen papel.
NOTA: