MODELO: Guineu Riner
ESTILO: American Pale Ale (2'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España
CARACTERÍSTICAS: Una de las Guineu más reputadas, junto con la exquisita Montserrat, es Riner, una Pale Ale de estilo americano con una graduación alcohólica sorprendentemente baja, inferior al 3%. Probablemente fue este bajo contenido de alcohol el que provocó que se pusiese en boca de muchos al coronarse durante unas semanas como la mejor cerveza de la categoría "Low Alcohol" de Ratebeer, hecho al que se le puede dar más o menos importancia pero que yo creo que siempre es algo a considerar.
No son pocas las veces que he tomado esta cerveza, la última de barril durante la entrega de premios del concurso de Homebrewing de Líquidos y Lupulus, y siempre me ha parecido estupenda, así que me enfrenté a esta botella que me regalaron de Cervezalandia sin ningún miedo. Es de color amarillo pajizo, turbia, con una espuma nacarada cuyo volumen no cesa de crecer por el imparable flujo de burbujas que la alimentan, consiguiendo escapar por el cuello de la botella repetidas veces. Es tremendamente aromática, y mediante el olfato queda clara su inspiración estadounidense al presentarse como una compacta combinación de limón y pomelo con hierba y pino, algo resinosa y con un toque de especia, sobre una base que recuerda a uva blanca y manzana, sugiriendo así una importante carga de Cascade y/o Centennial. (no me atrevo a concretar más, hasta tanto no llego)
En boca resulta tan refrescante como se pueda imaginar e incluso un poco más, y sin embargo, pese a su mínimo contenido alcohólico, tampoco se puede decir que le falte consistencia ni sabor. Comienza con un breve dulzor, donde se distinguen uva blanca y manzana, que en seguida abre paso a la acidez cítrica y el amargor herbal resinoso del lúpulo. Al principio es más extrema, siendo los cítricos muy prominentes, pero en cuanto reposa se modera un poco y ofrece una mayor complejidad, aunque para ser sincero no sabría decir qué etapa me gusta más, ambas son muy interesantes. Cómo no, el final es muy lupulado, con intensas notas de pomelo y limón, trazas de manzana verde y una fuerte presencia de especias picantes, que a su paso convierten la boca en un erial, ansiosa por otro trago que la atrapa en un círculo vicioso de cerveza y sequedad. Una cerveza realmente buena como resultado de una propuesta original y algo arriesgada, en mi opinión de lo mejorcito de la Península.
No son pocas las veces que he tomado esta cerveza, la última de barril durante la entrega de premios del concurso de Homebrewing de Líquidos y Lupulus, y siempre me ha parecido estupenda, así que me enfrenté a esta botella que me regalaron de Cervezalandia sin ningún miedo. Es de color amarillo pajizo, turbia, con una espuma nacarada cuyo volumen no cesa de crecer por el imparable flujo de burbujas que la alimentan, consiguiendo escapar por el cuello de la botella repetidas veces. Es tremendamente aromática, y mediante el olfato queda clara su inspiración estadounidense al presentarse como una compacta combinación de limón y pomelo con hierba y pino, algo resinosa y con un toque de especia, sobre una base que recuerda a uva blanca y manzana, sugiriendo así una importante carga de Cascade y/o Centennial. (no me atrevo a concretar más, hasta tanto no llego)
En boca resulta tan refrescante como se pueda imaginar e incluso un poco más, y sin embargo, pese a su mínimo contenido alcohólico, tampoco se puede decir que le falte consistencia ni sabor. Comienza con un breve dulzor, donde se distinguen uva blanca y manzana, que en seguida abre paso a la acidez cítrica y el amargor herbal resinoso del lúpulo. Al principio es más extrema, siendo los cítricos muy prominentes, pero en cuanto reposa se modera un poco y ofrece una mayor complejidad, aunque para ser sincero no sabría decir qué etapa me gusta más, ambas son muy interesantes. Cómo no, el final es muy lupulado, con intensas notas de pomelo y limón, trazas de manzana verde y una fuerte presencia de especias picantes, que a su paso convierten la boca en un erial, ansiosa por otro trago que la atrapa en un círculo vicioso de cerveza y sequedad. Una cerveza realmente buena como resultado de una propuesta original y algo arriesgada, en mi opinión de lo mejorcito de la Península.