Hace unas semanas se puso en contacto con nosotros Marta Guiu, en representación de la tienda online Compra ECO, comentándonos que, si bien esta empresa no se dedicada específicamente a la cerveza, tenían un producto que nos podía resultar interesante tanto a nosotros como a nuestros lectores: un dispensador de cerveza Happy Beer, que estaban dispuestos a enviarnos gratis para que probásemos y comentásemos nuestras impresiones.
Hacía un tiempo me había planteado comprarme uno, pero puesto que nunca había probado uno de estos aparatos y no estaba seguro de que mereciese la pena, junto con el inconveniente de que los barriles de 5 litros se deben consumir en las primeras 24 horas después de abrirlos y no suelo juntarme con los amigos en casa, al final rechacé la idea. Así, ésta nos pareció una excelente oportunidad de tener una primera experiencia con este tipo de artículos, contestamos a Marta que aceptábamos encantados su propuesta, y en menos de 3 días teníamos en casa la caja con el dispensador perfectamente empaquetado.
Por supuesto, en cuanto llegó lo primero que hice fue desembalarlo y montarlo con la ayuda del manual, y la verdad es que quedé bastante satisfecho con el elegante aspecto del aparato. Por desgracia en ese momento no tenía un barril a mano, ni tiempo para estrenarlo ni compañía para hacerlo, así que decidí esperar hasta un momento más adecuado y así tener unos días para buscar algún mini-keg que mereciese la pena. No obstante, lo que sí que pude es deleitarme tras comprobar algunas características de este dispensador que me parecieron muy interesantes:
- Se conecta a la corriente, enfría el barril y lo mantiene a una temperatura determinada.
- Tiene adaptador para todo tipo de barriles. (incluyendo uno especial para los de Heineken, que me temo que en mi caso se quedará sin estrenar)
- Incluye también una garrafa de plástico de 5 litros desde la que se puede servir cualquier bebida que se coloque en su interior, muy útil para homebrewers.
Pasaron un par de semanas hasta que pude estrenarla, cosa que hice ayer aunque con una cerveza no tan apetecible como esperaba, pero que igualmente disfruté. Su funcionamiento no tiene mucho misterio; solo hay que enfriar el barril, colocar el adaptador adecuado y conectarlo al dispensador por dos tubos, uno que desemboca en el grifo, y otro que introduce aire en el barril y hace que la cerveza salga con presión. La única dificultad la encontré a la hora de poner el adaptador, puesto que hay que retirar la pieza de plástico de la parte superior del mini-keg y no es fácil, de hecho unos alicates me parecen imprescindibles.
Una vez hecho esto solo queda la parte fácil, que es beber la cerveza. Hay que reconocer que sale en muy buenas condiciones tanto de temperatura como de carbonatación y se nota claramente la diferencia tanto con la botella como al tomarla directamente del barril, empleando la llave que estos suelen incorporar. La única decepción ha sido el escaso calibre que tiene el chorro de cerveza, lógicamente el de la goma que va por el interior del grifo, pero es de todas maneras una pega de una importancia escasa.
Para resumir, salvo este último inconveniente, me ha parecido un aparato que puede resultar interesante, aunque posiblemente es para ocasiones puntuales más que para tenerlo siempre conectado. ¡No puedo esperar a tener un mini-keg de Schlenkerla Märzen para probarlo con una cerveza que merezca la pena! Muchísimas gracias a Compra ECO y a Marta Guiu por habernos permitido probar el dispensador.