MODELO: Duchy Originals Organic Old Ruby Ale 1905
ESTILO: Pale Ale (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Inglaterra
CARACTERÍSTICAS: En 1986, pocos años después de establecerse en su domicilio de Highgrove, en el condado de Gloucestershire, el príncipe Carlos de Inglaterra inició la conversión de la granja local Duchy en una "orgánica" o "ecológica", proceso que se completó en 1996. El primer producto que vio la luz fue sus galletas de avena, en el año 1992, al que siguieron muchos otros, entre ellos la cerveza que voy a comentar hoy, elaborada en Oxfordshire por la popular cervecera Wychwood.
En efecto, y como bien indica su elegante etiqueta, rubí es el color que muestra servida en un vaso de pinta británico, bajo un dedo de espuma gris. De este líquido escapa un aroma ligero en exceso, carencia de la que quizá son responsables las maltas orgánicas, con un dominio absoluto de grano tostado, galleta y caramelo, aunque dejando un pequeño resquicio para la fruta, en forma de cereza y ciruela. Dicha fruta colabora en mantener un dulzor, el cual está a su vez perfectamente acotado por el lúpulo herbal, suavemente especiado, que otorga al perfume su inconfundible identidad inglesa.
En boca se enmienda parcialmente esa falta de intensidad, principal defecto que se encontraba en el aroma, aunque en mi opinión no llega hasta los niveles deseables. Pese a que malta y caramelo son los protagonistas del sabor el dulce está muy limitado, tanto al principio por pan tostado y leves notas cítricas, como hacia el final por la acción del lúpulo inglés, que crea un delicado amargor herbal, suavemente especiado, para dejar un largo y tranquilo regusto. Resulta curioso como la poca potencia en el sabor no se acompaña de un cuerpo ligero, lo que permite que, pese a que es una Pale Ale sencilla, al final la sensación sea satisfactoria, cosa que no pasaría con una cerveza aguada. No obstante una pena que la excelencia que sugiere su fantástico diseño no se corresponda con el contenido, y todo quede en una buena cerveza "a secas".
Por cierto, si alguien quiere más información sobre la marca o la relación del príncipe Carlos con ella, La Cerveteca de JAB publico un artículo, tan completo como acostumbra, el mes pasado.
En efecto, y como bien indica su elegante etiqueta, rubí es el color que muestra servida en un vaso de pinta británico, bajo un dedo de espuma gris. De este líquido escapa un aroma ligero en exceso, carencia de la que quizá son responsables las maltas orgánicas, con un dominio absoluto de grano tostado, galleta y caramelo, aunque dejando un pequeño resquicio para la fruta, en forma de cereza y ciruela. Dicha fruta colabora en mantener un dulzor, el cual está a su vez perfectamente acotado por el lúpulo herbal, suavemente especiado, que otorga al perfume su inconfundible identidad inglesa.
En boca se enmienda parcialmente esa falta de intensidad, principal defecto que se encontraba en el aroma, aunque en mi opinión no llega hasta los niveles deseables. Pese a que malta y caramelo son los protagonistas del sabor el dulce está muy limitado, tanto al principio por pan tostado y leves notas cítricas, como hacia el final por la acción del lúpulo inglés, que crea un delicado amargor herbal, suavemente especiado, para dejar un largo y tranquilo regusto. Resulta curioso como la poca potencia en el sabor no se acompaña de un cuerpo ligero, lo que permite que, pese a que es una Pale Ale sencilla, al final la sensación sea satisfactoria, cosa que no pasaría con una cerveza aguada. No obstante una pena que la excelencia que sugiere su fantástico diseño no se corresponda con el contenido, y todo quede en una buena cerveza "a secas".
Por cierto, si alguien quiere más información sobre la marca o la relación del príncipe Carlos con ella, La Cerveteca de JAB publico un artículo, tan completo como acostumbra, el mes pasado.