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martes, 25 de julio de 2023

Mahou Maestra Doble Lúpulo

MARCA:
Mahou
MODELO: Mahou Maestra Doble Lúpulo
ESTILO: Bock (7'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Hace algunos años, sin duda en parte debido a la irrupción y/o expansión de las cervezas artesanas y de importación en nuestro país, las macrocerveceras nacionales se pusieron las pilas y prepararon nuevas referencias, algunas más acertadas que otras, para responder a la demanda de variedad y calidad por parte del consumidor. La de Mahou fue la línea Maestra, y aunque salió en el 2016, no tengo conciencia de haberla probado hasta ahora.

Es una cerveza tostada, de un color dorado anaranjado, cristalina, con un dedo de espuma blanca de burbuja heterogénea bastante persistente. El aroma me ha supuesto una grata sorpresa, la malta domina el conjunto con notas acarameladas y de toffee, acompañadas de manzana asada y algo de membrillo, con un fondo de tostados. Envolviendo esto se encuentra el lúpulo prometido en la etiqueta, herbal y mineral, completando el conjunto.

En boca es redonda y muy sabrosa. Repiten su papel fundamental la malta, el caramelo y el toffee, con melocotón y membrillo en un segundo plano. De trago calmado, el amargor final rompe un poco la línea al presentarse con una delicada acidez, recordando al albaricoque, y marcadas notas minerales y herbales, tras las cuales se detecta un punto metálico proveniente de la lata. Aunque pueda chocar creo que es una buena cerveza, la verdad, y más todavía por el precio al que se vende. El año que viene le vuelvo a gorronear alguna a mi padre.

NOTA:


martes, 15 de enero de 2013

Mahou Negra

MARCA: Mahou
MODELO: Mahou Negra
ESTILO: Dunkel Lager (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Y toca hablar de la lager oscura de la marca Mahou, de cuya 5 Estrellas hablamos hace unos días. Nace en 1980, la misma época que Mahou Clásica. Como ellos definen, cerveza tipo Munich, característica por sus maltas tostadas que le brindan el color oscuro. A fin de cuentas, una opción distinta a las tan conocidas rubias aquí en España.

Viste un color negro como el café, sobre el que se posa una capa de espuma beix que no dura mucho y termina convirtiéndose en burbujas. Despide un aroma a café amargo, cacao y malta, que en el sabor se traduce en un fuerte matiz dulce bastante agrio, con notas de café, y un final lupulizado.

Es refrescante, pero tiene cierto toque metálico que poco a poco va haciendo que la cerveza pierda calidad en su sabor. No hay mucho más que se pueda decir, una cerveza sin mucha personalidad, pero pasable. Había probado variedades oscuras de algunas industriales nacionales, pero no la de Mahou, y la diferencia no es muy abismal, no pasan de ser muy normalillas.

NOTA:
 

 

CARACTERÍSTICAS: Llevaba siglos sin comentar una cerveza industrial española, más que nada porque tengo al alcance botellas mucho más apetecibles, y tampoco mucho más caras. Tanto es así, que esta Mahou que voy a reseñar hoy ni siquiera la he comprado yo, sino que me regalo mi cinéfilo hermano Nacho. De aspecto es marrón roble, ligeramente translúcida, con una capa de espuma beige de escasa duración. En nariz no se puede decir que sea demoledora, pero lo cierto es que se defiende con decencia; muestra una mezcla compacta de melosa malta tostada, cacao, suave caramelo, y leve regaliz, sin tan apenas presencia del lúpulo. Lo que por desgracia no se escapa al olfato es el maíz, que forma parte del dulzor de la malta tostada, y le da el carácter artificial de este tipo de cervezas. 

A boca llega muy justa, y la falta de cuerpo tampoco ayuda demasiado, pese a conservar una buena carbonatación. Crea un núcleo de tostados y café solo, con algún recuerdo de cacao, regaliz y toffee, manteniendo el dulzor que ofrecía en el aroma, manchado de maís. Sin muchas más florituras desemboca en un final de amargor claro aunque moderado, adornado por lúpulo y especias picantes, para dejar un regusto largo cargado de más café y regaliz. Una cerveza pasable, no llama demasiado la atención y el maíz le hace perder bastante. No obstante, las he visto peores, tanto industriales como artesanales. Coincido con la valoración de mi compañero.

NOTA:
 

miércoles, 2 de febrero de 2011

Alhambra Negra

MARCA: Alhambra
MODELO: Alhambra Negra
ESTILO: Dunkel Lager (5'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: El otro día me hice con un pack de cuatro cervezas con vaso de esos económicamente sostenibles. De una sentada me llevaba cuatro cervezas negras que no había probado (dando un voto de confianza a Alhambra, cuya 1925 venero con locura) y un vaso largo y estrecho que sustituiría los terribles vasos de cocacola de mi piso de Madrid.
Tras haberme tomado un par de ejemplares me resulta una cerveza sin grandes pretensiones, fácilmente bebible.

Alhambra Negra viene fabricada por la empresa que tiene su nombre, actualmente devorada por la vasta San Miguel-Mahou, que data de 1925 y se consolida como una de las cervezas más conocidas de la península, y más bebidas en toda la Andalucía oriental. Se recomienda beber muy fría, lo cual no es una buena señal para una cerveza de este estilo. No obstante, la he bebido de las dos maneras y no pierde excesivos matices.

Una lager oscura de color rubí apagado, con escasa espuma beix, esponjosa y de corta duración. Despide un aroma a malta tostada, con una base de chocolate levemente herbal. Su sabor, que se presenta correcto, muestra matices de malta, caramelo y café, aunque algo apagados. Se agua un poco, terminando en un final herbal curiosamente seco. El alcohol no es una baza importante, no se llega a percibir demasiado.

Supongo que esperaba algo más, aunque como he dicho, tampoco he quedado descontento con una cerveza que tengo tan a mano.

NOTA:

lunes, 10 de mayo de 2010

Dos de la San Miguel

Dos añitos ya por aquí, el tiempo pasa bastante raudo. Con motivo de la visita a la San Miguel nos dieron al final de la misma una degustación-piscolabis que consistía en una variedad de cervezas San Miguel. Tuvimos poco tiempo para "disfrutarlas", pues nuestro autobús esperaba fuera y no era conveniente hacerlo esperar (y menos entrar en él cual party van, embriagados por las "suculentas" variedades San Miguel).
Dejé a un lado las cervezas "desalcoholizadas" y de zumo de manzana, y tras beberme una San Miguel Selecta, me agencié las otras dos que me dió tiempo de probar, San Miguel 1516 y San Miguel Eco:

La San Miguel 1516, presentada como un fiel producto de la Reinheitsgebot (Ley de Pureza Alemana), es una Pale Lager de 4'2º de concentración alcohólica. Me encanta el peloteo que te hacen en la página de San Miguel, con "si valoras todo el proceso de elaboración de 1516 es que eres una persona excepcional". Sin palabras.

La cerveza es de un color ambar claro y brillante sobre el que se posa una capa de espuma blanquecina que desaparece fugazmente, dejando un caldo con cientos de burbujas. En su aroma destaca el cereal y muy sutilmente el lúpulo, que deja un toque herbal refrescante. En boca genera bastante espuma y ostenta un amargor seco que no deja ver más matices hasta el final, inundado por un toque metálico nada agradable. Una cerveza de marketing nada recomendable.






La San Miguel Eco se presenta como la primera cerveza ecológica del mercado español, elaborada con cebada y lúpulo procedentes de cultivos que siguen estrictamente las normas de la agricultura ecológica. Ya que su creación data de 2003, supongo que se referirán a que es la primera cerveza ecológica que se comercializa masivamente en España.

Tiene un color amarillo limón brillante que no presenta una carbonatación muy elevada y cuya espuma blanca no se hace abundante, pero persiste. No desprende un aroma evidente, pudiendo apreciarse levemente algún toque maltoso. Tiene un sabor excesivamente suave y falto de matices, que la hacen una cerveza aburrida.

Dos claros ejemplos de cervezas de marketing. La primera se vale de la Ley de Pureza Alemana y la segunda de la elaboración ecológica, dos estrategias para atraer más público y "cumplir" con las necesidades culturales en cuanto a cerveza, en nuestro país. Por desgracia el resultado no es para nada favorable, pues se trata de dos cervezas completamente olvidables y faltas de personalidad.

miércoles, 21 de abril de 2010

Visita a la San Miguel, en Burgos

El pasado lunes hice una visita a la fábrica San Miguel de Burgos, con razón de una salida cultural preparada para una de las asignaturas de la Universidad. San Miguel no es una cerveza que me entusiasme, pero la visita a una de las fábricas de cerveza más grande de España es razón de más para esperar la fecha con entusiasmo. La única fábrica que había visitado era la de Guiness, en Irlanda, cuando contaba con unos tiernos quince años, sin el interés que hoy me suscita este tema. La visita prometía un recorrido por la fábrica, el descubrimiento de un secreto relacionado con Atapuerca, y una degustación final.


Formábamos un grupo que completaba la docena de personas, alumnos y profesores, y fuimos recibidos por la encargada de las comunicaciones de la empresa, una mujer simpática. Nos recibió con un vídeo que ensalzaba las virtudes y el recorrido histórico de la empresa San Miguel, sus logros y la evolución de su cerveza, hecho con una producción envidiable que me recordó a las mejores películas propagandísticas de la UFA.


Tras un breve vistazo a cuatro vitrinas que contenían los cuatro ingredientes fundamentales (adivinad cuáles), pasamos a visitar la fábrica. Recorrimos las oficinas de investigación, el laboratorio y la sala de desarrollo, mientras la guía nos iba definiendo los ingredientes para elaborar cerveza, poniendo especial énfasis en las cepas propias de levadura y las maltas y lúpulo fresco con el que hacen su cerveza. La primera parada obligatoria fue en la “sala de cocción”, un lugar que olía a pueblo en plenas fiestas, donde nos habló del proceso de elaboración de la San Miguel:
“Se tritura el grano de malta y se mezcla con agua, obteniendo una sustancia denominada mosto. Los restos de la malta que no se han mezclado bien son desechados, y se denominan bagazo. Este bagazo se lleva a las granjas, y es utilizado como condimento alimenticio con el pienso de los animales. El mosto se calienta, y cuando llega a 80º, se añade el lúpulo. Cuando se lleva a ebullición la mezcla, a los 100º, se cuece y se añade la levadura, para dar paso a lo que se podría denominar cerveza. Pero todavía tiene que atravesar una serie de controles para poder ser embotellada. El agua es un 99,9% reutilizada (e hizo alusión a ese 0,1%, que tienen como una espinita clavada), y hacen lo posible por adecuarse a las demandas ecológicas del mercado, de modo que al parecer, contaminan muy poco”.

Después nos mostraron los tubos filtradores y las desalcoholizadoras, explicándonos que debido a la demanda de cerveza sin alcohol tenían que haber añadido un nuevo depósito el doble de grande. Nos comentó que la 0,0 manzana se hacía con zumo de manzana, añadiéndolo directamente a la cerveza en el tanque.


Tras la visita a las descervecizadoras, pasamos a la zona de envasamiento, ya que las bodegas eran inaccesibles en ese momento (un pequeño inconveniente), y me sorprendí con el tamaño, la velocidad y la cantidad de cerveza que salía de esas máquinas. Miles de litros por minuto, a toda velocidad iban atravesando cintas transportadoras, envasados en latas y botellas. Para visitar esta zona nos tuvimos que poner gafas, lo que me extrañó, pues tan solo un par de operarios las usaban ahí dentro, mientras que el resto estaba expuesto a las innumerables invasiones malignas que sus ojos podrían recibir.


Los barriles, de 10, 20 y 50 Litros, eran desinfectados y llenados a toda velocidad, para finlmente amontonarlos en cajas. El recorrido de las latas era más fascinante, comenzando con el recipiente vacío y sin tapa, atravesando rigurosos controles de calidad, siendo limpiados, llenados, tapados y de nuevo revisados, para finalmente ser separados en packs de seis, embalados y amontonados. Las latas que no pasaban el control eran desechadas, con cerveza y todo.


Las botellas experimentaban un recorrido similar, aunque estaban separadas en dos grandes estancias. En la primera usaban botellas no recicladas, para venta directa al consumidor. En ese momento se veía cómo llenaban botellas de San Miguel Selecta, y cómo unas graciosas máquinas las empacaban en cajas de doce cervezas. Hasta 40.000 cervezas a la hora.
La otra sala utilizaba botellas recicladas, y podía procesar hasta 80.000 cervezas a la hora. Haciendo cuentas te llevas las manos a la cabeza. En esta estancia se procesaba cerveza Mahou, y la guía incidió en la idea de que era cerveza distinta que la San Miguel, que no provenían de los mismos tanques. Lógico.

Terminando la visita, nos llevó ante una sala en la que se hallaba una excavación de lo más pintoresco, de la que no revelaré nada por si el lector va de visita a esta fábrica, ya que es una sorpresa. Finalmente, el tan ansiado tentempié nos esperaba sobre dos mesas en la cafetería de la fábrica: patatas, frutos secos, pinchos de tortilla (una merendola en toda regla), dos enormes champaneras llenas de diversos estilos San Miguel (aunque la mayoría eran 0,0 manzana y 0,0 a secas), y un pack de seis San Miguel Selecta (lo más atractivo de esa selección). Me agencié una de estas, una 1516 y una San Miguel Eco, por curiosidad (apunté algunas cosas, en su momento hablaré de estas cervezas).
Como ”broche de oro” la guía nos instó a probar un maridaje: Mahou Negra con chocolates. La idea era buena, de no ser porque era rematadamente absurdo maridar una cerveza tan insípida y metálica como la Mahou Negra con unos chocolates puros 90% que nos ofrecían. La guía insistía en que experimentásemos la unión de sabores, pero con esa cerveza no había manera.


Para finalizar, le pregunté si San Miguel tenía a la vista algún proyecto de sacar al mercado una cerveza de trigo (debido a las “últimas tendencias” de otras cerveceras españolas, como las cervezas de trigo de Damm o Ambar), pero me dijo que de momento no era factible, que estaban en proceso de sacar algo con sabor a fresas. Me llevé las manos a la cabeza.

La visita es muy recomendable. Es una fábrica enorme, está muy bien preparada para las visitas y en definitiva, se trata de una de las cerveceras más importantes de España, si no la que más.

jueves, 4 de marzo de 2010

San Miguel Selecta XV

MARCA: San Miguel
MODELO: San Miguel Selecta XV
ESTILO: Strong Lager (6'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: "San Miguel reinventa un clásico", es el eslogan de San Miguel Selecta XV, el relanzamiento en 2008 de la cerveza premium de la marca, que se produjó por primera vez en la fábrica de Lleida de San Miguel en 1972. Esta cerveza fue sustituída por la Extra, la Nostrum y finalmente este nuevo modelo, ideado para "los nuevos paladares contemporáneos". Nos embriagan con su información atractiva, con frases en la botella como "maduración en bodega" o "combinación perfecta de tres variedades de lúpulos centroeuropeos y tres tipos diferentes de malta". He leído cosas bastante buenas de San Miguel Selecta, la antigua, y las anteriores, y por el contrario hay grandes decepciones por este remake.

La cerveza en sí ostenta un color entre dorado oscuro y cobrizo, con espuma blanca y cremosa que no dura mucho pero que no llega a disiparse del todo. Despide un agradable aroma maltoso, floral, con toques de caramelo y levadura, que en el trago se torna dulce con un final amargo no muy seco. Deja en la boca el recuerdo del lúpulo, pero poco a poco sus características se van disipando, apareciendo un deje metálico que le hace perder calidad y buen sabor.

No es ninguna maravilla, es una cerveza que en seguida se torna aburrida. Aunque he de reconocer que tras leer las opiniones esperaba algo muchísimo peor.

NOTA:

lunes, 8 de febrero de 2010

Mahou 5 Estrellas

MARCA: Mahou
MODELO: Mahou 5 Estrellas
ESTILO: Pale Lager (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Nos remontamos a 1880, cuando la empresa Hijos de Casimiro Mahou, fabrica de hielo y cerveza es fundada. Desde entonces, la que más tarde se convirtió en Mahou, acumula gran prestigio con su cerveza, siendo la primera en introducir barriles de aluminio en España. Es en 1969 cuando la empresa lanza su cerveza más emblemática, y de la que vamos a hablar: la 5 Estrellas de Mahou. En 2000, como dijimos en el post de la San Miguel Especial, las dos empresas (Mahou y San Miguel) se unen formando el primer grupo cervecero de capital español, y avanza año tras años devorando otras empresas importantes españolas, como Cervezas Anaga, fabricante de la canaria cerveza Reina; y Cervezas Alhambra en 2007. Quedan consolidados tres grandes grupos en el sector: Heineken España, Mahou-San Miguel y Damm.

Pero a lo que vamos. Mahou 5 Estrellas es otra de las eurolager que copan el mercado español, de fabricación industrial y grandísima distribución. Otro de los ejemplos, como decíamos en el post de San Miguel, que suele representar a la típica caña, tubo, corto o botellín español.
De color amarillo con espuma blanca, burbujeante y duradera, aunque de un sabor metálico y húmedo no muy agradable. Aroma y sabor muy típicos, ese regusto industrial característico de este tipo de cervezas, con presencia de malta y lúpulo. Aceptable para caña y tapa, o para pasar una tarde de colegueo.

NOTA:


sábado, 31 de mayo de 2008

San Miguel Especial

MARCA: San Miguel

MODELO: San Miguel Especial

ESTILO: Pale Lager (5'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS:

Sus orígenes se remontan a un pequeño convento de agustinos recoletos situado en las islas Filipinas, donde sobre en 1885 unos frailes decidieron fabricar cerveza como remedio a la debilidad que padecían como consecuencia de la climatología tan calurosa de la zona.
En 1890 se funda en Madrid "Hijos de Casimiro Mahou", dedicada a la fabricación de cerveza y hielo. En el barrio de San Miguel en Manila se crea la primera fábrica de cerveza San Miguel.
Ya en 1953 los accionistas de La Segarra firman el "Acuerdo de Manila" con el presidente
de San Miguel Corporation Filipinas, Andrés Soriano. Nace así una nueva cervecera española, denominada La Segarra S.A. independiente de la matriz filipina. En 1957 "La Segarra" cambia su denominación a "San Miguel, Fábricas de Cerveza y Malta, S.A." y sale la primera botella de San Miguel Especial de la fábrica de Lleida. "Hijos de Casimiro Mahou" se transforma en "Mahou, S.A." En 2000 Mahou compra al Grupo Danone el 70% de San Miguel, del que ya poseía el 30% restante, constituyendo un grupo cervecero genuinamente español.


La San Miguel Especial es de lo más típico que te pueden poner a la hora de pedir "una cerveza" en un bar español. En mi opinión, no tiene características que le hagan destacar sobre las demás cervezas "de barra". Ligeramente refrescante, con unos ciertos resquicios de sabor maltoso, que tampoco hace destacar su sabor. Es una cerveza para cuando se sale a "tomar un algo", donde la conversación va a ser tan interesante que va a dar igual qué beber, mientras sea cerveza. Además su precio es accesible, y como he dicho, aparecerá en cualquier bar de España, compitiendo con las básicas de 33cl de Mahou o Cruzcampo, y dependiendo de la localización geográfica, Ambar por Aragón, Estrella Galicia en Galicia, etcétera.


NOTA:





CARACTERÍSTICAS: Aprovechando la actual promoción de San Miguel en la que con cada pack te regalan dos botellines metálicos de 25cl de diseño limitado (nada espectacular, por cierto, solo nombres de ciudades en diferentes colores y fuentes alrededor del logotipo), me he decidido a hacer yo también esta reseña que Sir Asf completó hace ya tiempo de la famosa marca española.


Comparto plenamente su opinión respecto a esta cerveza, no destaca en absoluto sobre las demás eurolagers: color dorado intenso, muy transparente, coronado por una espuma blanca de duración bastante adecuada, y que emite un olor básico, suave pero con presencia, a malta, nada espectacular, que recuerda algo al maiz. Quizá lo único que llama la atención es la activísima carbonatación, gracias a la cual en ningún momento dejan de subir gran cantidad de burbujas a la superficie.


El trago, también en la misma línea, con cuerpo ligero y sabor a malta, maíz, no acaba de gustarme demasiado, suele costarme terminarla, probablemente debido a la existencia de matices, sobretodo al final y en el fugaz regusto, que no me convencen. Su amargor es áspero, poco cuidado, llegando a percibirse una leve presencia metálica, similar a la que se apreciaba en San Miguel Selecta XV pero muy atenuada. Tampoco es que me parezca una cerveza horrible, pero me temo que no estará entre mis predilectas, ni mucho menos.


NOTA: