MARCA: Andechs
MODELO: Andechs Doppelbock
ESTILO: Weizenbock (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: En el monasterio benedictino de Andechs, en la Alta Baviera, se produce cerveza desde su fundación en el año 1455. Ha habido intervalos de tiempo, sobretodo en el siglo XIX, durante los cuales la elaboración ha dependido de maestros cerveceros seculares, pero en la actualidad siguen siendo los monjes los que se encargan de todo el proceso aplicando técnicas y métodos fuertemente anclados en la tradición. Hace ya más de 10 años tuve mi primera experiencia con esta fábrica, y desde entonces soy incondicional de sus cervezas. Curiosamente esta nunca la había tenido a tiro, y entre lo que me gusta la fábrica y lo que me gusta el estilo, tocaba comentarla por acá.
A pesar de no ser demasiado oscura, de un intenso color oro, es totalmente opaca y no se ven los dedos a través del vidrio. La corona una espuma blanca, espesa como un merengue, formada por un montón de burbujas de tamaño idéntico. Al acercar la nariz entra un perfume delicioso consistente en una avalancha de plátano maduro y malta, también bastante pera, con algo de chocolate con leche y aromas de panadería. Se nota además una delicada floralidad, levadura y suaves notas de miel. Es golosa y muy sugerente, es casi imposible aguantar las ganas de tomarla.
En boca el dulzor es más comedido de lo que esperaba, el equilibrio es extremo e incluso al final tiene un amargor considerable. Entra potente, con malta, masa de pan, galleta y un poco de toffee y vainilla. Nada empalagosa, es fresca y punzante, y tras el breve dulzor inicial salen notas de plátano, manzana golden y pera de fondo. Al final sale un amargor medio, con el calor del alcohol, intensas notas de miel y flores, potente levadura, que termina en un regusto largo, cálido y frutal. Del estilo de la Vitus, suficientemente compleja, suficientemente fresca, con todo ensamblado a la perfección, sin fisuras.
MODELO: Andechs Doppelbock
ESTILO: Weizenbock (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: En el monasterio benedictino de Andechs, en la Alta Baviera, se produce cerveza desde su fundación en el año 1455. Ha habido intervalos de tiempo, sobretodo en el siglo XIX, durante los cuales la elaboración ha dependido de maestros cerveceros seculares, pero en la actualidad siguen siendo los monjes los que se encargan de todo el proceso aplicando técnicas y métodos fuertemente anclados en la tradición. Hace ya más de 10 años tuve mi primera experiencia con esta fábrica, y desde entonces soy incondicional de sus cervezas. Curiosamente esta nunca la había tenido a tiro, y entre lo que me gusta la fábrica y lo que me gusta el estilo, tocaba comentarla por acá.
A pesar de no ser demasiado oscura, de un intenso color oro, es totalmente opaca y no se ven los dedos a través del vidrio. La corona una espuma blanca, espesa como un merengue, formada por un montón de burbujas de tamaño idéntico. Al acercar la nariz entra un perfume delicioso consistente en una avalancha de plátano maduro y malta, también bastante pera, con algo de chocolate con leche y aromas de panadería. Se nota además una delicada floralidad, levadura y suaves notas de miel. Es golosa y muy sugerente, es casi imposible aguantar las ganas de tomarla.
En boca el dulzor es más comedido de lo que esperaba, el equilibrio es extremo e incluso al final tiene un amargor considerable. Entra potente, con malta, masa de pan, galleta y un poco de toffee y vainilla. Nada empalagosa, es fresca y punzante, y tras el breve dulzor inicial salen notas de plátano, manzana golden y pera de fondo. Al final sale un amargor medio, con el calor del alcohol, intensas notas de miel y flores, potente levadura, que termina en un regusto largo, cálido y frutal. Del estilo de la Vitus, suficientemente compleja, suficientemente fresca, con todo ensamblado a la perfección, sin fisuras.
NOTA:
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