MODELO: Gusta Dark Buğday Birasi
ESTILO: Dunkelweizen (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Turquía
CARACTERÍSTICAS: El gigante turco Efes, cuyo nombre hace referencia a la localidad de Éfeso, lugar de nacimiento del filósofo Heráclito, es el mayor productor de cerveza de Turquía y el quinto de toda Europa. Se fundó en 1969 y en la actualidad está formado por 16 fábricas emplazadas en Turquía, Rusia, Kazajistán, Moldavia, Georgia y Serbia; además de 6 malterías y 20 plantas embotelladoras de Coca Cola. Dentro de las múltiples marcas que elabora esta empresa, Gusta es la única de trigo. La encontré por casualidad en un kiosco alcohólico en Capadocia y al no ser demasiado conocida me pareció una buena idea comentarla aquí.
Tenía mis reservas acerca de lo que podía encontrar pero la toma de contacto me tranquilizó bastante, no tanto por el aspecto, típico de una Dunkelweizen, muy turbia y bien gasificada (y en este caso servida en un recipiente nada apropiado), sino más bien por el rico aroma, con un marcado componente frutal dominado por el plátano, aunque con claras notas de manzana también, chocolate con leche, malta tostada y mínima canela. He de reconocer que me sorprendió, es bastante completo, está realmente bien equilibrado y podría pasar sin demasiado problema por una cerveza alemana.
Ojalá el sabor siguiese el mismo nivel, pero lo cierto es que a su paso por boca pierde el fuelle de forma clarísima: es menos dulce, tiende más a la acidez, le falta intensidad en el sabor y este no acaba de abarcar todo el trago sino que llega un momento en parece apagarse. Se aprecian plátano maduro y malta tostada, aunque con suavidad, y aún más leve chocolate y mínima levadura, para al final terminar en un regusto algo cítrico y especiado que llega a ser incluso algo astringente. Reconozco que quizá lo pinto un poco negro por la considerable decepción que me supuso al darle el primer sorbo, realmente se deja beber y tampoco es mala opción teniendo en cuenta las posibilidades cerveciles que hay por allá, eso sí, en España me temo que ni la miraría.
Tenía mis reservas acerca de lo que podía encontrar pero la toma de contacto me tranquilizó bastante, no tanto por el aspecto, típico de una Dunkelweizen, muy turbia y bien gasificada (y en este caso servida en un recipiente nada apropiado), sino más bien por el rico aroma, con un marcado componente frutal dominado por el plátano, aunque con claras notas de manzana también, chocolate con leche, malta tostada y mínima canela. He de reconocer que me sorprendió, es bastante completo, está realmente bien equilibrado y podría pasar sin demasiado problema por una cerveza alemana.
Ojalá el sabor siguiese el mismo nivel, pero lo cierto es que a su paso por boca pierde el fuelle de forma clarísima: es menos dulce, tiende más a la acidez, le falta intensidad en el sabor y este no acaba de abarcar todo el trago sino que llega un momento en parece apagarse. Se aprecian plátano maduro y malta tostada, aunque con suavidad, y aún más leve chocolate y mínima levadura, para al final terminar en un regusto algo cítrico y especiado que llega a ser incluso algo astringente. Reconozco que quizá lo pinto un poco negro por la considerable decepción que me supuso al darle el primer sorbo, realmente se deja beber y tampoco es mala opción teniendo en cuenta las posibilidades cerveciles que hay por allá, eso sí, en España me temo que ni la miraría.
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