MARCA: Franken Bräu
MODELO: Franken Bräu Festbier
ESTILO: Märzen de Oktoberfest (5'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: Lo poco que puedo decir sobre la fábrica que elabora esta cerveza es que es que se llama Franken Bräu Lorenz Bauer; que se encuentra Neundorf, una pequeña localidad alemana cercana a Bamberg; y que lleva en actividad casi 500 años, vamos, lo que se dice unos novatos en el arte de hacer cervezas. La verdad es que es curioso que, teniendo página web, no den este tipo de información y haya tenido que recurrir a otras fuentes para conseguirla, aunque realmente a mí, mientras me indiquen cuatro datos básicos en la etiqueta, lo demás tampoco me parece tan importante.
Servida en jarra es indistinguible de cualquier otra Pils alemana: dorada, filtrada, bien carbonatada, etc. El olfato sin embargo detecta diferencias con facilidad, es dulce, bien cargado de malta y agradables notas de manzanas golden y peras, adornado todo ello con un manto de limón con miel y un leve toque de lúpulo floral y especias. Me recordó instantaneamente a la Oktoberfest de Löwenbräu, quizá tuvo algo que ver con la sugestión o con que fue también Michael quien envió esa otra botella pero sin duda se parecen.
En boca la malta sigue teniendo un papel fundamental, pero el dominio en el sabor sin duda lo ostentan miel y flores, que eclipsan parcialmente a las frutas presentes en el aroma. Jamás se me ocurriría que esta cerveza se pudiese vender en volúmenes menores de 50cl, de ser así apenas duraría un par de sorbos porque no hay nada que frene el trago, el amargor es casi inexistente y la carbonatación, pese a estar presente, tiene la virtud de no interrumpir lo más mínimo el disfrute de la cerveza. Así, vamos viendo como el nivel del líquido baja rápidamente, dejando en la boca una suave sequedad acompañada por un regusto compuesto por miel, cítricos y flores; un final estupendo para una rica cerveza.
Servida en jarra es indistinguible de cualquier otra Pils alemana: dorada, filtrada, bien carbonatada, etc. El olfato sin embargo detecta diferencias con facilidad, es dulce, bien cargado de malta y agradables notas de manzanas golden y peras, adornado todo ello con un manto de limón con miel y un leve toque de lúpulo floral y especias. Me recordó instantaneamente a la Oktoberfest de Löwenbräu, quizá tuvo algo que ver con la sugestión o con que fue también Michael quien envió esa otra botella pero sin duda se parecen.
En boca la malta sigue teniendo un papel fundamental, pero el dominio en el sabor sin duda lo ostentan miel y flores, que eclipsan parcialmente a las frutas presentes en el aroma. Jamás se me ocurriría que esta cerveza se pudiese vender en volúmenes menores de 50cl, de ser así apenas duraría un par de sorbos porque no hay nada que frene el trago, el amargor es casi inexistente y la carbonatación, pese a estar presente, tiene la virtud de no interrumpir lo más mínimo el disfrute de la cerveza. Así, vamos viendo como el nivel del líquido baja rápidamente, dejando en la boca una suave sequedad acompañada por un regusto compuesto por miel, cítricos y flores; un final estupendo para una rica cerveza.
NOTA:
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