MODELO: De Cam Oude Geuze
ESTILO: Gueuze (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS: Cuando De Cam comenzó su actividad en 1997 fue primera cervecera dedicada a la mezcla de Gueuze que abría sus puertas en Bélgica en casi 40 años. Ocupa un antiguo edificio, cuyos orígenes se remontan al menos al siglo XVIII, situado en la localidad de Gooik, pocos kilómetros al Oeste de Bruselas. Fue fundada por Willem van Herreweghen, jefe de producción de la cervecera Palm, con el apoyo de Armand Debelder de 3 Fonteinen, Frank Boon (evidentemente de Boon) y Michel Doomst, el alcalde de Gooik. Tres años después Willem volvió a su anterior puesto, quedando al cargo Karel Goddeau, un estudiante centrado en investigación sobre la cerveza que había colaborado con él, formado por Armand y Gaston Debelder, y que en la actualidad compatibiliza este trabajo con la elaboración de cerveza en Slaghmuylder. Crean sus cervezas a partir de las Lambic de Boon, Girardin y Lindemans, y la mayoría de los barriles que utilizan son de Plzeňský Prazdroj.
Esta botella, la Oude Gueuze de la fábrica, la compré en Lambicus aprovechando un viaje que hice a Barcelona por trabajo en octubre del 2019, y había estado en mi bodega desde entonces, sin encontrar el momento de salir. Como otras del estilo, tiene un color dorado profundo, ligeramente velada, y con apenas un anillo de espuma. Me sorprendió que al principio no es demasiado aromática, y poco a poco va saliendo el cereal, trigo, limón, cáscara de naranja e incluso algo de malta. Sin embargo, si se agita la copa surge la magia y la nariz se llena de levadura salvaje, madera, Brettanomyces, pimienta blanca, suaves esteres y un marcado punto de cuero. Y después de esto, cuando la cerveza reposa de nuevo, se vuelve al cereal, la malta y los cítricos, aunque ya más potentes y adornados con recuerdos de barrica, heno, establo y quizá un toque de queso (o es que se me está yendo la cabeza con este tema).
En boca esperaba la explosión de astringencia habitual en marcas como Cantillon o 3 Fonteinen pero no fue así en absoluto, sino que es una Gueuze muy equilibrada y amable. En la entrada es un poco maltosa, dentro de la acidez, acompañada de potentes notas de cereales, albaricoque, manzana verde y un toque de almendra. Se va forzando la levadura en la garganta, los taninos marcan las encías, cáscara de limón y pomelo van llenando la boca, y terminan por aparecer notas de cuero, granero, roble, y bastante hierba y minerales. El trago es limpio, chispeante, con una carga de especia picante al final que desemboca en un regusto largo, láctico, terroso, repleto de levadura salvaje y madera. Muy buena, de las de disfrutar sin sufrir.
NOTA:
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