Hace algunos días me embarqué en un viaje a Salamanca por motivos laborales, pero como estaba seguro de que entre tanto trabajo iba a haber algunos momentos de ocio, aproveché para pedir algunas recomendaciones en materia cervecil sobre esta ciudad, ya que mi desconocimiento era absoluto. Pronto obtuve varias respuestas, y me llamó la atención en que casi todas coincidían en un bar llamado Slainte. Así pues, acepté las recomendaciones (aprovecho para dar las gracias por ellas) y apunté esta cervecería de cara a hacer una visita en cuanto tuviese una oportunidad.
Tras un par de días rondando por ahi, con una Pale Ale bastante industrial como mejor cerveza que me había llevado a la boca, una tarde lluviosa me escape durante unas horas y fui a este local dando un paseo. La dirección correspondía a una calle estrecha y algo oscura, perpendicular a una de las grandes avenidas de Salamanca, y allí me encontré ante una puerta de un garito de aspecto modesto, que posiblemente jamás me habría llamado la atención si no hubiese tenido referencias previas.
Por dentro el local es sin duda pequeño, pero la innumerable cantidad de botellas, copas, carteles y demás merchandising de cerveceras que se pueden encontrar lo hacen muy acogedor para el apasionado de esta bebida. Nada más entrar, queda a mano izquierda una estantería abarrotada con casi la totalidad de las referencias disponibles para el cliente, mientras que a la derecha, detrás de una pequeña mesa, se encuentra la nevera, también hasta los topes.
A pesar de que cuando entré era el único cliente, desde el primer momento me sentí muy cómodo. Eché un vistazo a las cervezas disponibles, que incluían tanto artesanales nacionales como marcas extranjeras de alto nivel, algunas de ellas como las Jopen neerlandesas o las Innis & Gunn escocesas, que tan poco frecuentemente se ven en el país, y finalmente me decidí por una Malheur 12. Mientras tanto el dueño me desveló, además de futuras incorporaciones al repertorio, su intención de tener una zona en el bar que funcionase como tienda, cosa que me pareció muy buena idea. Me sorprendió gratamente, por cierto, los precios de las cervezas, puesto que todas las referencias oscilaban entre los 2 y 3 euros, bastante por debajo de lo habitual en la mayoría de las cervecerías especializadas del país.
En poco rato el ambiente se empezó a animar con personas de lo más variopinto, desde gente del barrio que parecían clientes de toda la vida hasta jóvenes ávidos de probar cervezas nuevas acompañadas de algo de picoteo, aconsejados por el responsable de la barra. Yo seguí tan tranquilo con mi cerveza y un libro, y muy a gusto me habría quedado a tomarme una segunda, pero por desgracia tenía otros compromisos que atender. Así, pagué los 3 euros que costaba mi cerveza y me fui, aunque con la total seguridad de que volvería a este sitio la próxima vez que visitase Salamanca.
La verdad, me pareció un muy buen local. Buen surtido y bastante original, y precios excelentes. Quizá queda algo corto en cuanto a comida, pero la verdad es que yo tampoco lo eché en falta.
(NOTA: este negocio se trasladó a la calle Van Dyck meses después de que yo lo visitase)
CERVECERÍA: Slainte.
DIRECCIÓN: Calle Van Dyck, 5.
POBLACIÓN: Salamanca.
PROVINCIA: Salamanca.
4 comentarios:
Pues si fuiste el fin de semana pasado casi casi coincidimos porque yo también estuve allí, en una de mis habituales visitas a Salamanca!
La cervecería lleva abierta algo más de 1 año, y la zona que te comentó el dueño que funcionará como tienda, la pondrá nada más entrar a la izquierda, en colaboración con Javier de Cervezas En Salamanca, un distribuidor salmantino.
La cervecería está bien, es pequeña pero acojedora y hacía falta algo así en Salamanca, donde hubiera buena disponibilidad de todo tipo de cervezas.
Un saludo!
Sí, eso me estuvo contando el dueño, el poco rato que estuvimos charlando.
Tendría narices coincidir en Salamanca, por cierto, viviendo ambos en Pamplona, pero bueno. A ver si nos cruzamos por el Manneken.
Un saludo
Ya te digo! Yo a la Manneken voy muchísimo así que tarde o temprano tendremos que coincidir, eso sí al no haberte visto nunca no tengo ni idea de tu aspecto por lo tanto no te conocería jaja.
Venga un saludo!
Ya te saludaré yo entonces, que te he visto en el blog :)
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