MODELO: St. Feuillien Cuvée de Noël
ESTILO: Brune de Navidad (9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS: Esta cervecera debe su nombre a Feuillien, un monje irlandés que en el siglo VII fue a Europa a predicar el Evangelio, y que tuvo la mala fortuna de ser apresado en la zona en la que ahora está emplazada la localidad de Le Roeulx, torturado y decapitado. Sus discípulos construyeron en el lugar de su martirio una capilla, que en el año 1125 dio lugar a la abadía de Prémontrés, posteriormente conocida como Abadía de St. Feuillien de Roeulx. Durante siglos, los monjes de esta abadía han elaborado cerveza y, siguiendo su tradición, en 1873 la familia Friart comenzó a hacerlo, lo que dio lugar al nacimiento de varias marcas, entre ellas St. Feuillien.
Con esta cerveza comencé el 2011, y ojalá que mantenga el nivel, porque de las pocas cervezas navideñas que he cazado este año esta ha sido la que más me ha gustado. El aroma es impresionante, una mezcla redonda de malta tostada y caramelo con plátano maduro, pera y frutas oscuras, moderados recuerdos cítricos de curaçao, un toque importante de canela y picante, y mínimo de levadura. Pese a lo empalagosa que podría parecer toda esta mezcolanza, lo cierto es que está muy bien equilibrada y parece prometer una profundidad que cumple en el trago.
Su sabor es dulce, picante, similar al olfato, dominada por malta tostada, más leve caramelo y las mismas frutas maduras que menciono antes (especial énfasis de nuevo en pera y plátano, este último me sugirió que la cerveza pudiese llevar algo de trigo pero no era el caso), sin embargo este dulzor es compensado con maestría por el lúpulo herbal, que le suma además cierta acidez que recuerda algo al limón. Deriva todo esto en un final de amargor cítrico con un marcado carácter especiado, durante el cual el alcohol calienta el trago sin saturarlo, dejando un largo regusto donde se mezcla con fruta, hierba y notas de canela, dando una sensación cálida y reconfortante. De trago denso, cremosa a su paso por la garganta, para mi gusto una cerveza muy entretenida y que gustosamente volveré a disfrutar el año que viene.
Con esta cerveza comencé el 2011, y ojalá que mantenga el nivel, porque de las pocas cervezas navideñas que he cazado este año esta ha sido la que más me ha gustado. El aroma es impresionante, una mezcla redonda de malta tostada y caramelo con plátano maduro, pera y frutas oscuras, moderados recuerdos cítricos de curaçao, un toque importante de canela y picante, y mínimo de levadura. Pese a lo empalagosa que podría parecer toda esta mezcolanza, lo cierto es que está muy bien equilibrada y parece prometer una profundidad que cumple en el trago.
Su sabor es dulce, picante, similar al olfato, dominada por malta tostada, más leve caramelo y las mismas frutas maduras que menciono antes (especial énfasis de nuevo en pera y plátano, este último me sugirió que la cerveza pudiese llevar algo de trigo pero no era el caso), sin embargo este dulzor es compensado con maestría por el lúpulo herbal, que le suma además cierta acidez que recuerda algo al limón. Deriva todo esto en un final de amargor cítrico con un marcado carácter especiado, durante el cual el alcohol calienta el trago sin saturarlo, dejando un largo regusto donde se mezcla con fruta, hierba y notas de canela, dando una sensación cálida y reconfortante. De trago denso, cremosa a su paso por la garganta, para mi gusto una cerveza muy entretenida y que gustosamente volveré a disfrutar el año que viene.