Volfas Engelman Jubilienjinis

MARCA: Volfas Engelman

MODELO: Volfas Engelman Jubilienjinis

ESTILO: Pale Lager (5% ABV)

PAÍS DE ORIGEN: Lituania

CARACTERÍSTICAS: La cervecera lituana Volfas Engelman fue fundada en 1853 por Rafailas Volfas en Vilijampolé, un barrio de la ciudad de Kaunas. Durante la ocupación soviética de este país la empresa fue nacionalizada y posteriormente volvió a pasar a manos privadas, de igual manera que tantas cerveceras de esta zona. Producen en la actualidad varias decenas de cervezas distintas bajo marcas diferentes, entre ellas Volfas Engelman, Horn o 1410. Esta botella la compré en una tienda de alimentación del Este de Europa por pura curiosidad, simplemente porque ni me sonaba, y se trata de una conmemoración del 165 aniversario de la fábrica. La botella cuenta con la forma y los grabados que caracterizaban a las botellas de esta marca en los años 1927-1940.

El color sorprende y no para bien, es de un amarillo apagado, verdoso, aunque la capa de espuma no está mal, es blanca y mantiene medio centímetro. En nariz es casi imperceptible, tiene algo de malta, algo de cereal, un leve dulzor, y poco más. Podría llenar este párrafo con paja pero no, es lo que hay.

El sabor es igualmente neutro, de nuevo malta y cereal como principales notas. Amargor final artificial, nada estructurado, con recuerdos de mantequilla y agua sucia. Sensación acuosa, corta duración en boca. Una cerveza terrible, hacía tiempo que no caía ninguna así.

NOTA:

Baltika (Балтика) Razlivnoe

MARCA: Baltika
MODELO: Baltika (Балтика) Razlivnoe
ESTILO: Münchner Hell (5'3% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Rusia

CARACTERÍSTICAS: Aparte de matar dragones a San Jorge también se le dan bien las sorpresas, y este pasado 23 de Abril tuvo el acertado detalle de regalarnos a todas las personas absurdamente obsesionadas con la cerveza un nuevo producto de la rusa Baltika (información no contrastada, puede no tener nada que ver con la realidad), cuyo elemento diferencial puede hacerla bastante atractiva para los amantes de la cerveza artesana: no está pasteurizada. Así me lo explicó el dependiente de Kozak cuando pasé por sus dominios, mencionando de paso que en Rusia a este tipo de cervezas las llaman "cerveza viva" mientras hacía hincapié en su corta vida útil, cuya fecha de caducidad es tan solo cuatro meses posterior a la de embotellado.

Al servirla me fijé en lo abundante, cremosa y persistente que era su espuma blanca, no muy habitual en los productos de las marcas industrial, que protegió durante largo rato el líquido dorado brillante, bien carbonatado. El aroma mantuvo sin demasiada dificultad mi atención, compuesto por malta dulce con un trasfondo de miel, suaves cereales y un firme toque de lúpulo floral, ligeramente cítrico y picante, que se acompasa perfectamente a la miel, consigue una mezcla prometedora.

El sabor, por su parte, no desmerece en absoluto a los demás aspectos de la cerveza, al menos en mi opinión. Sigue el patrón captado por el olfato presentando una base de malta y miel, más secundarios cereales y limón, y hacia el final, con delicadeza pero sin esconderse, flores y picante. Este último se remarca en la garganta, mientras en el resto de la boca persiste una deliciosa mezcla de lúpulo y miel. Muy sabrosa, refrescante y suficientemente profunda, una excelente elección para este verano y en mi opinión todo un acierto por parte de Baltika. Ahora a ver si consigo encontrar la versión no filtrada, que me sospecho que me gustará.

NOTA: